Cuestionada la eficacia de las mascarillas más usadas
Salut estudia la posibilidad de incentivar el uso de las FFP2
Las nuevas variantes del coronavirus cuestionan la eficacia de las mascarillas más utilizadas en ambientes públicos cerrados, como el transporte público, y el Departament de Salut estudiará la conveniencia de incentivar o hacer obligatorio el uso de mascarillas FFP2 en determinadas circunstancias. Diversos países europeos, como Francia o el estado alemán de Baviera, han establecido nuevas regulaciones respecto a los cubrebocas. Los de tela, incluso los quirúrgicos del tipo 1 y 2, no son vistos como garantía de seguridad en determinados países y ambientes.
Las autoridades francesas desaconsejan desde el martes el uso de mascarillas artesanales, pero también de las que no garantizan un filtrado superior al 90%, al entender que no garantizan la protección ante el mayor potencial contagiador de variantes como la británica. Las mascarillas quirúrgicas protegen principalmente de bacterias, mayores que los virus, y su capacidad de filtración se sitúa entre el 60% y el 70%.
El land de Baviera, en el sur de Alemania, no se ha quedado en las recomendaciones. Desde el lunes, los usuarios del transporte público o quienes acudan a una tienda o visiten espacios cerrados deberán equipar mascarillas del tipo FFP2, que también son obligatorias en Austria. Son más eficaces, pero más caras, y la administración tiene intención de proporcionar 2,5 millones de unidades a la población con menores recursos antes de proceder a sancionar, a partir del próximo lunes, a los mayores de 14 años que no utilicen la FFP2 en los lugares donde se prescribe.
El Govern estudiará estos ejemplos a fin de revisar, si procede, sus protocolos e incentivar el uso de mascarillas FFP2 en espacios cerrados, donde los aerosoles que contienen las partículas del virus se mantienen en el aire. Con una eficiencia de filtración superior al 90%, el Ministerio de Sanidad cataloga las FFP2 como equipo de protección individual (EPI) y recomienda su utilización a quienes “cuiden o estén en contacto con personas sintomáticas o positivos por Covid-19”.
Alemania, que vive las semanas más duras de la pandemia, estudia implantar en todo el territorio el ejemplo de Baviera. El gran problema es que las mascarillas FFP2 son más caras que las más extendidas (además el precio experimentaría un incremento en caso de un aumento súbito de la demanda) y el tiempo de uso homologado, por norma general, se limita a 4 horas o a 75 minutos sin interrupción. Por otra parte, si no se colocan a la perfección los usuarios terminarán respirando por la rendija que queda entre la cara y la máscara y perderá buena parte de su efectividad.
Así, existen discrepancias entre epidemiólogos sobre la efectividad de implantar la obligatoriedad de mascarillas de mayor protección a pesar de la aparición de nuevas cepas de la covid. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias argumentó en junio que las FFP2 están pensadas para que la persona que las lleve no se infecte, pero protegen menos que las mascarillas quirúrgicas del contagio a otras personas.
Austria y Baviera han hecho obligatorias las mascarillas de mayor protección en espacios públicos cerrados