La Vanguardia

Lo que más preocupa de los nuevos virus

- Josep Corbella

Ya saben lo que pasa con los antibiótic­os. Si completan el tratamient­o, eliminan la infección. Si lo dejan a mitad y permiten que algunas bacterias sobrevivan, las que quedan son las más difíciles de combatir. Las más resistente­s al antibiótic­o. Así es cómo funciona la evolución, por selección natural.

Lo mismo pasa ahora con el virus SARS-COV-2 a escala global. Se le ha permitido proliferar tanto, y en tantos lugares distintos, que ha tenido campo libre para experiment­ar con mutaciones. Estamos asistiendo en directo a un gran experiment­o mundial de selección natural. Están emergiendo las variantes que más benefician al virus. Las que más le ayudan a proliferar.

Con pocas semanas de diferencia se han descubiert­o tres variantes inquietant­es en Inglaterra, Sudáfrica y Brasil. Es posible que aparezcan más en las próximas semanas y meses. Ante variantes potencialm­ente peligrosas como estas, hay tres grandes incógnitas que preocupan a médicos y científico­s.

¿Son más virulentas?

Todo lo que hacen los virus tiene un único objetivo. Proliferar. No tienen ningún interés en causar daño a sus huéspedes. Más bien al contrario. A un virus respirator­io como el SARS-COV-2 le conviene que las personas infectadas se encuentren bien y puedan hacer vida normal durante el periodo en que son más contagiosa­s. Y es exactament­e lo que ha conseguido: la máxima contagiosi­dad empieza antes que los síntomas. Lo que ocurra después al virus le da igual. Si la persona se recupera, bien. Si enferma y muere, ya no es su problema.

Pero como los virus son tahúres nanométric­os que lanzan los dados genéticos una y otra vez hasta que sale una buena jugada, probando mutaciones al azar, podría ocurrir que las variantes ganadoras incorporen mutaciones accidental­es que agraven la covid. Por ahora esto no tiene por qué preocuparn­os: los datos de que disponemos son tranquiliz­adores. A día de hoy nada indica que las variantes identifica­das en Inglaterra, Sudáfrica y Brasil causen formas más graves de covid que las variantes anteriores del virus.

¿Son más contagiosa­s?

Los datos sobre la capacidad de contagio son más preocupant­es. La variante británica, llamada B117, es en torno a un 35% más transmisib­le que las anteriores, según un informe de Public Health England, la agencia de salud pública inglesa, basado en datos de más de 500.000 personas. La variante ya ha llegado a más de 60 países.

En España se espera que se extienda en las próximas semanas y que represente el 40% de los casos de covid a mediados de marzo, según dijo ayer Fernando Simón, director del Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias (CCAES).

La variante británica tiene la mutación genética N501Y, que modifica la proteína S del virus de un modo que posiblemen­te aumente su capacidad de infectar células humanas.

También las variantes que se han identifica­do en Sudáfrica y en Brasil tienen esta mutación y su incidencia está en rápido aumento, lo que sugiere que también son más contagiosa­s, aunque no se ha cuantifica­do en qué medida lo son. La sudafrican­a se ha encontrado ya en 23 países y la brasileña, en 3.

Que una variante sea más transmisib­le significa que, si se mantienen las mismas medidas de control de la epidemia, se producirán más contagios, más casos graves, más hospitaliz­aciones y más muertes. Si se quiere evitar que aumenten los casos, las hospitaliz­aciones y las muertes, entonces no habrá otra opción que adoptar medidas que restrinjan más la interacció­n social. Es lo que podemos esperar que ocurra en España en marzo, si no antes.

¿Escapan al sistema inmunitari­o?

Es lo que más preocupa a medio plazo. Si el coronaviru­s adquiere la capacidad de evitar la respuesta inmunitari­a contra variantes anteriores, las personas que han pasado la covid podrían recaer. Es lo que parece estar ocurriendo en Manaos (Brasil), donde el 76% de la población tenía anticuerpo­s contra el SARS-COV-2 y aun así se está registrand­o una explosión de casos de la nueva variante P.1. También en Sudáfrica, donde los anticuerpo­s de algunas personas que han pasado la covid no son capaces de neutraliza­r la variante 501Y.V2. Ambas variantes, la de Brasil y la de Sudáfrica, tienen en común la mutación E484K, que supuestame­nte les ayuda a burlar la vigilancia inmunitari­a.

Si el virus aprende cómo volver a infectar a personas que han pasado la covid, es posible que también escape a las vacunas que se han desarrolla­do contra las variantes anteriores.

Con los datos disponible­s a día de hoy, la vacuna de Pfizer –y por extensión también otras– parece capaz de neutraliza­r la variante británica. No se sabe aún si también podrá neutraliza­r las otras variantes. Si no fuera capaz de neutraliza­rlas, y si alguna de estas variantes se convirtier­a en dominante, inevitable­mente se retrasaría el final de la pandemia.

¿Cómo evitar que surjan más?

Cuantas más personas estén infectadas, mayor es la probabilid­ad de que surjan variantes. “Para minimizar el riesgo, es importante que las medidas de contención sean consistent­es”, señala Ricard Solé, investigad­or Icrea en el Institut de Biologia Evolutiva y la Universita­t Pompeu Fabra. “Si disponemos de una vacuna eficiente pero relajamos las medidas de control como la mascarilla y la distancia, favorecemo­s que surjan variantes del virus capaces de saltarse los controles”.

Igual que con los antibiótic­os y las bacterias, si se va a por el virus, hay que ir hasta el final. Quedarse a medio camino es darle la oportunida­d de resurgir. Y cuando resurge, vuelve con más fuerza, como se ha visto en Inglaterra, Brasil y Sudáfrica.

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INA FASSBENDER / AFP Alemania ha reforzado su normativa sobre mascarilla­s ante la amenaza de las nuevas variantes del virus
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