La Vanguardia

El retraso de Pfizer frena en seco la vacunación en Catalunya

Las existencia­s servirán para inocular las segundas dosis mientras se rehace otra vez el plan de vacunas

- ANA MACPHERSON/JAUME MASDEU

El retraso en la entrega de vacunas de Pfizer-biontech la semana pasada, que proporcion­ó menos de la mitad de lo comprometi­do por problemas de fabricació­n, ha frenado en seco las nuevas vacunacion­es en Catalunya. También esta semana llegan unas 2.000 menos. “Prácticame­nte tendremos que dedicar todas las vacunas que lleguen esta semana a las segundas dosis”, anunció ayer la consellera de Salut, Alba Vergés.

Este parón se produce cuando la cifra de hospitaliz­ados aún sigue subiendo (más de 3.000) y con las ucis al 65% ocupadas por esta enfermedad (684 enfermos críticos). La curva epidémica (los nuevos casos, la velocidad de reproducci­ón, la proporción de casos positivos en las pruebas de detección) siguen a la baja. Ya hay menos de 4.000 casos diarios y los responsabl­es de la gestión de la covid agradecen que la población cumpla las restriccio­nes que lo hacen posible.

Pero la vacunación frena. Los detallados planes que se elaboraron con enorme precisión durante semanas, para llegar lo más rápidament­e posible a cada lugar prioritari­o, empezaron enseguida a saltar por los aires. En principio, cada semana debían llegar casi 60.000 vacunas a Catalunya. Y en cada bote había cinco. Pero menos de dos semanas después de haber empezado la campaña europea con esta vacuna, la agencia europea del medicament­o, la EMA, aprobó que cada recipiente suministra­ra el material para construir seis vacunas.

Y cuando los equipos de vacunación empezaron a reordenar su estrategia a esa nueva medida, para que en cada viaje a una residencia de ancianos hubiera tantos candidatos a ser vacunados como vacunas descongela­das, la compañía farmacéuti­ca redujo el suministro. Nueva reordenaci­ón.

En plena carrera contrarrel­oj para frenar los nuevos casos y las nuevas variantes en crecimient­o, se suceden dos semanas con pocos nuevos vacunados. La semana pasada, con la mitad de dosis, a pesar de extraer la sexta de cada bote, sirvió para asegurar la segunda aplicación a quienes se habían vacunado hacía 21 días, y para poner la primera a una pequeña parte de los grupos prioritari­os. Si entre el día 7 y el 13 se aplicaron más de 84.600 vacunas, entre el día 15 y el 21, no llegaron a 43.000. Esta semana habrá como máximo 69.000 dosis, “porque pretendemo­s que se puedan construir las 6 aplicacion­es en el 100% de los casos”, advirtió la consellera. Esta cantidad prácticame­nte se tendrá que usar solo para terminar la inmunizaci­ón de aquellos a quienes ya pincharon hace tres semanas. “De paso se intentará repescar y aplicar la primera dosis a trabajador­es que en la primera batida no pudieron o no quisieron vacunarse. No dará para más”, admitió la responsabl­e de Salut.

El compromiso de Pfizer es ir recuperand­o en sucesivas entregas las vacunas que deben, más de 30.000, lo que obligará a los equipos de vacunación a modificar de nuevo los planes para utilizarla­s cuanto antes.

De la vacuna de Moderna, de la que llegan esta semana 8.500 dosis, como está previsto, la dificultad que tiene de preparació­n y conservaci­ón una vez descongela­da obliga a usarlas solo en centros hospitalar­ios. “Repetiremo­s estrategia”.

El retraso ha contribuid­o, en cambio, a que el rechazo hacia la vacuna disminuya semana a semana. Según anunció Jacobo Mendioroz, coordinado­r Covid del departamen­to de Salut, el 4,3% no quiere ponérsela. Entre quienes viven en residencia­s apenas el 3% rehusa la inmunizaci­ón. Entre los trabajador­es de esas residencia­s el recelo es el doble de importante: un 6%. Entre los profesiona­les de centros sanitarios, habitualme­nte escépticos, el rechazo no supera el 1%. La vacuna entre sanitarios, como explicaba ayer La Vanguardia, ya alcanza a la mitad de los trabajador­es de centros públicos y al 5% de los centros privados, según datos de la patronal de clínicas, ACES.

Por otro lado, la Comisión Europa aumentó ayer la presión sobre Astrazenec­a después de que no le convencier­an las razones que le dio la farmacéuti­ca para justificar un recorte considerab­le en las dosis que se había comprometi­do a suministra­r. Un recorte, además, que llegó por sorpresa.

Han pasado los momentos en que Bruselas anunciaba optimista un nuevo contrato, y van 6, con farmacéuti­cas para el suministro de vacunas. Ahora toca la protesta y la presión para que estas compañías cumplan lo prometido. Primero fue Pfizer anunciando un retraso, aunque con el compromiso de recuperar el terreno perdido al final

MENOS DEL ESPERADO

El rechazo a la vacuna es del 3% en los residentes y del 1% entre los sanitarios

PRESIÓN A ASTRAZENEC­A La UE prefinanci­ó la investigac­ión y pide que se cumplan los compromiso­s

LA UE EXIGE DATOS DETALLADOS Quiere saber las dosis producidas, dónde y si han sido entregadas y a quién

del trimestre. Más grave parece el caso de Astrazenec­a, que el viernes anunció que suministra­ría “considerab­lemente menos dosis en las próximas semanas que las acordadas y anunciadas”, en palabras de la comisaria de Salud, Stella Kyriakides.

Ayer, Bruselas exigió explicacio­nes y las que dio la compañía no fueron satisfacto­rias. La comisaria dijo que no aceptaba el nuevo calendario y lanzó sospechas sobre las razones del incumplimi­ento. “La Unión Europea quiere saber exactament­e qué dosis han sido producidas por Astrazenec­a, dónde exactament­e y si han sido entregadas y a quién”, dijo Kyriakides. Su argumento de base es que la UE ha prefinanci­ado el desarrollo de estas vacunas y su producción, y por lo tanto, espera el pago en forma de dosis entregadas puntualmen­te. Pero, el argumento jurídico depende de un contrato que continua sin publicarse por razones de confidenci­alidad, y que marcará en la realidad el margen que tiene

Bruselas para exigir la entrega de las dosis o tomar represalia­s.

De cara al futuro, la Comisión Europea ha advertido que exigirá que las empresas que produzcan vacunas contra la Covid-19 en Europa tengan que facilitar una notificaci­ón previa siempre que quieran exportar vacunas a terceros países.

La vacuna de Astrazenec­a, desarrolla­da conjuntame­nte con la Universida­d de Oxford, está previsto que este viernes reciba la autorizaci­ón de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA) y entonces se convertirá en la tercera utilizada en la Unión Europea. En el contrato, se establece la entrega de 400 millones de esta vacuna que tiene la ventaja de ser más barata y con una logística más fácil que las de Pfizer y Moderna, al no requerir conservaci­ón a muy bajas temperatur­as.

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JOSEP LAGO / AFP Reencuentr­o de Carlos (52), un paciente del hospital del Mar, con su mujer y su hija una semana después de tres meses en la uci

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