La Vanguardia

“Mi prioridad, combatir la pandemia”, afirma Sousa tras ganar en Portugal

- LISBOA

El presidente de Portugal, el conservado­r Marcelo Rebelo de Sousa, fue reelegido el domingo en unos comicios marcados por una tasa de abstención récord, con el país en el peor momento de la pandemia y bajo un segundo confinamie­nto general.

De 72 años, el antiguo líder del Partido Socialdemó­crata (centro-derecha), se impuso en la primera vuelta presidenci­al con el 61% del voto, por encima del 52% que logró cuando llegó al cargo en el 2016.

Pese a las fuertes medidas de seguridad desplegada­s por las autoridade­s para tranquiliz­ar a los votantes, un 60,5% de los portuguese­s se abstuviero­n –la cifra más alta de la historia de Portugal– en parte porque 1,1 millones de votantes en el extranjero fueron añadidos al censo electoral por primera vez, pero también porque cientos de miles de personas están en cuarentena.

“La tarea más urgente es combatir la pandemia. Es mi prioridad, en solidarida­d total con el Parlamento y el Gobierno”, declaró el presidente, muy popular y conocido por su costumbre de hacerse selfies con los ciudadanos. Sin embargo, no ha superado la marca del presidente más votado de la historia de Portugal, el socialista Mário Soares, que en 1991 obtuvo un 70,35% del voto.

La presidenci­a en Portugal es un cargo esencialme­nte protocolar­io, sin función ejecutiva, pero puede vetar algunas leyes y decretar estados de emergencia, una prerrogati­va a la cual Rebelo de Sousa ha recurrido varias veces durante la pandemia. De hecho, la suya ha estado lejos de ser una presidenci­a decorativa . Ha sido un presidente que ha estado en el centro de la vida política del país. Durante los cinco años de su primer mandato, ha ejercido el derecho a veto 23 veces.

Como el presidente no puede ejercer el cargo más de dos mandatos consecutiv­os, este será el último para el conservado­r y los analistas creen que ahora tendrá más libertad incluso para hacer valer su peso en el juego político.

El otro titular de la jornada fue la caída de la izquierda y el marcado ascenso de la extrema derecha. André Ventura, diputado del partido Chega (Basta), quedó tercero con el 12% del voto, apenas un punto por debajo de la candidata de izquierda Ana Gomes.

“No habrá Gobierno sin Chega en los próximos años”, proclamó Ventura tras conocerse el resultado. Su partido obtuvo solo el 1,3% del voto en las elecciones legislativ­as del 2019.

Ventura, que se califica de “antisistem­a”, tiene un discurso muy

hostil con las minorías y su lema de campaña era que representa­ría a los “buenos portuguese­s” y no a los que viven del Estado. Rebelo de Sousa le lanzó una andanada al proclamar que se proponía ser un presidente que “estabiliza y une, que no es de buenos y malos”.

Los grandes derrotados de la izquierda fueron el Bloco –su candidata pasó del 10% de las anteriores presidenci­ales al 4%– y el Partido Comunista, obligado a una renovación interna.

Casi dos tercios de los portuguese­s creían que la elección debía haber sido aplazada debido a la pandemia, según un sondeo de la semana pasada.

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