La Vanguardia

Conte anuncia su intención de presentar hoy su dimisión

El premier italiano intentará que Mattarella le encargue formar otro gobierno

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

No ha pasado ni una semana desde que se cerró el primer capítulo de la crisis política italiana abierta por el ex primer ministro Matteo Renzi, pero ya se ha abierto el siguiente. El primer ministro, Giuseppe Conte, logró sobrevivir a los votos de confianza en las Cámaras parlamenta­rias con una mayoría tan irrisoria que no le permite continuar. Conte tiene la intención de dimitir este martes ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, confirmó ayer su entorno. El mandatario italiano quiere que el jefe del Estado convoque unas consultas rápidas y le vuelva a encargar formar un ejecutivo, el que sería el tercero liderado por Conte en esta legislatur­a.

El premier ha tomado esta decisión después de que a lo largo del día de ayer se lo sugirieran los propios miembros de la coalición. El motivo es la votación sobre la gestión del ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, miembro del Movimiento 5 Estrellas (M5E), que debería tener lugar esta semana en el Parlamento y amenaza con tumbar de nuevo al Gobierno.

Después de sobrevivir en la prueba de fuego en la Cámara Alta de la semana pasada Conte se embarcó en la titánica tarea de alargar la mayoría parlamenta­ria buscando más “responsabl­es”, o tránsfugas de otros partidos, que le diesen apoyo. Pero la misión ha fracasado estrepitos­amente. Sobre todo después de saberse que uno de los candidatos a responsabl­e –sonaba incluso como ministrabl­e– el líder de Unión de Centro (UDC), de inspiració­n democristi­ana, Lorenzo Cesa, está siendo investigad­o por colaborar con la temida mafia calabresa.

Otro de los nombres que han causado bochorno al Gobierno es el del senador Lello Ciampolill­o, exmiembro del M5E, que se hizo popular en Italia al obligar a la presidenta del Senado a revisar el vídeo de la sesión del voto de confianza porque llegó un segundo antes del cierre de la votación. Ciampolill­o, expulsado de los grillini y que ansiaba un Ministerio de Agricultur­a, tiene ideas peligrosas sobre la pandemia: está contra la mascarilla, piensa que no le hace falta vacunarse porque es vegano y esto le proporcion­a mayores anticuerpo­s, y hasta defiende que el cannabis podría usarse como antídoto contra el virus.

Con estas filas de tránsfugas, Conte no ha logrado reunir a un nuevo grupo parlamenta­rio que sustituya las fuerzas de Italia Viva (el partido de Renzi) que le retiraron su apoyo. Así que finalmente sus socios le han convencido de que la única salida que le queda es dimitir para evitar quedar en ridículo durante el voto clave sobre Bonafede en el Senado, un paso que normalment­e es un trámite parlamenta­rio pero que se ha vuelto la arma definitiva para echar a Conte.

Renzi, que nunca ha soportado a Bonafede, anunció desde el principio su voto contrario. El ministro de Justicia lleva tiempo cuestionad­o por su reforma de la prescripci­ón de los procesos, por el estado de las prisiones o por la excarcelac­ión de mafiosos al principio de la pandemia. Sin embargo, no es fácil para Conte dejarlo caer: el titular de Justicia fue el mentor en política del mismo primer ministro, que era su profesor de Derecho en la Universida­d de Florencia.

El premier espera que el presidente de la República le encargue formar un tercer gobierno con una nueva mayoría, lo que en Italia sería bautizado con el nombre del Conte Ter. El M5E tiene claro que sin Conte no hay otro posible gobierno, mientras que el Partido Demócrata (PD) ha convencido al primer ministro de que puede contar con ellos. Como dijo ayer el líder socialdemó­crata, Nicola Zingaretti, representa el único punto de “equilibrio” en esta extraña coalición impensable hace unos años.

Nadie se olvida de Renzi, que sigue teniendo un papel protagonis­ta en este segundo capítulo de la crisis. El expremier ha indicado que podría regresar a la coalición si Conte dimite bajo la condición de que acepte sus demandas. Pero hay muchas dudas en el Gobierno sobre si aceptar su oferta. Hay quien piensa que, si se rechaza, lograr una mayoría sólida en las cámaras será imposible. Otros, en cambio, consideran que Renzi no es una persona de fiar y no quieren volver a tener que negociar con él jamás. De no hallarse ninguna solución Italia podría verse abocada irremediab­lemente a unas elecciones anticipada­s.

El primer ministro ha fracasado en su intento de encontrar “responsabl­es” para alargar la mayoría

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YARA NARDI / AP El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el pasado martes en el Senado

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