Es Satty “penetró en las mentes” de la célula del 17-A, según el fiscal
Los dos fiscales que han asumido la acusación en el juicio por los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto del 2017 expusieron ayer durante cuatro horas su informe final por el que pidieron al tribunal que condene a los tres acusados sentados en el banquillo. Realizaron una radiografía de cómo el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, adoctrinó y reclutó a un grupo de jóvenes para convertirlos en terroristas y atentar contra sus “enemigos” de occidente y matizaron que ninguno de los tres acusados participó en la masacre.
“Este juicio se considera como el de los atentados de Barcelona y Cambrils, pero en verdad este juicio es hasta la explosión de Alcanar”, explicó el teniente fiscal Miguel Ángel Carballo, quien inició su informe con un recuerdo para todas las víctimas. Ni Mohamed Houli, ni Driss Oukabir ni Said ben Iazza participaron en los atropellos masivos de aquel 17-A. “Ninguno de los acusados estaba en condiciones de actuar en el momento de los hechos” porque Houli estaba hospitalizado y Oukabir había decidido salirse del grupo que actuó.
Pero a su juicio, a estos dos últimos, para quienes pide 41 y 36 años respectivamente, se les debe condenar por pertenecer a una organización terrorista, porque formaban parte de la célula montada por Es Satty, conocían los planes que había de cometer un atentado de grandes dimensiones, conocían la existencia de los explosivos y participaron en los preparativos. Sin embargo, los planes que existían para cometer un atentado en España o Francia en lugares emblemáticos como la Sagrada
Família o la torre Eiffel se vieron volatilizados cuando en la noche del 16 de agosto, y por una mala manipulación de los materiales explosivos que escondían, explotó la casa de Alcanar (Tarragona), causando la muerte en el acto de Es Satty. Houli estaba allí y fue hospitalizado mientras que Oukabir, según la tesis del fiscal, a raíz de ese suceso decidió echarse para atrás.
La Fiscalía mantiene la tesis que los atentados del 17-A no estaban planificados, sino que con la muerte de Es Satty y la explosión de Alcanar improvisaron un ataque con furgonetas, cometiendo atropellos masivos.
Según el fiscal, el imán de Ripoll fue quien captó a los miembros, los adoctrinó y radicalizó hasta que les convenció para cometer un atentado. Es Satty “les ofreció una falsa atmósfera sagrada (...), que había que luchar contra Occidente y para ello debían formar parte del grupo sacrificado”. “Penetró en sus mentes y en sus almas un fanatismo exacerbado”, sostuvo.
El ministerio público dice que ninguno de los acusados estaba en condiciones de actuar en la masacre