La Vanguardia

Kiko Rivera y sus cien días de soledad

El dj envía un ultimátum a Isabel Pantoja en una nueva polémica entrevista

- ALBERT DOMÈNECH

Hace cien días que Kiko Rivera y su madre, Isabel Pantoja, no se dirigen la palabra. Han pasado las Navidades y ni en esta época donde los villancico­s suelen enternecer los sentimient­os humanos ha sido posible un acercamien­to entre el dj y la folclórica que cada día que pasa parece más utópico. De hecho, la paciencia del hijo de Paquirri se ha agotado y así lo anunció el domingo por la noche en el mismo plató en el que cien días atrás había hablado por última vez con su madre. Entonces ninguno de los dos era consciente de la tormenta que estaba a punto de azotar sus vidas. Ni Filomena , ni Hortensia: todo lo que pasa en Cantora es a lo grande.

Aquel día Rivera había acudido a Sábado Deluxe para hablar de unas supuestas infidelida­des hacia su mujer, Irene Rosales, pero el dj se abrió en canal y terminó detallando el mal momento vital por el que atravesaba con adicciones de por medio que aún no ha superado. Pantoja descolgó el teléfono y llamó al programa pero su reacción no gustó a su hijo. La tonadiller­a riñó al músico y le incitó a mirar la situación social que rodeaba España con el impacto de la covid antes de relamerse en sus propias penas.

Rivera le pidió menos palabras y más abrazos. Y ese abrazo no llegó. Isabel Pantoja no abandonó su búnker de Cantora en auxilio de su hijo y este se disfrazó de Beth Harmon en la serie Gambito de dama y le planteó a su progenitor­a una partida con estudiados y constantes ataques. En su mente, las imágenes que descubrió el pasado 2 de agosto en Cantora el día que Pantoja celebraba 64 años. Entró en una habitación y se encontró, entre otras cosas, con aquellos trajes y pertenenci­as de su padre que la tonadiller­a siempre había negado tener. El choque días después con la citada llamada precipitó los acontecimi­entos.

Desde entonces Kiko Rivera ha concedido dos demoledora­s entrevista­s para la revista Lecturas asu ahora íntima amiga Mila Ximénez y dos entrevista­s más a Telecinco dentro del universo Sálvame. Allí detalló su tremendo enfado por haberse visto perjudicad­o con la herencia que le dejó su padre y denunció las triquiñuel­as que, según explica, ha hecho su madre para privarle de la parte que le toca.

Rivera ha puesto cifra ya a lo que le debe Isabel Pantoja: tres millones de euros, una cantidad por la que está dispuesto a luchar casi con todas las consecuenc­ias. Sí, hay un casi. El dj ha dejado claro que no quiere volver a ver a su madre en la cárcel. Ese es la única línea que, al menos por ahora, no está dispuesto a traspasar. El resto ya es historia de la televisión en una nueva entrevista que concedió este domingo y en la que tras dibujar una vez más un retrato crudo e inhumano de su madre –la llamó déspota y prepotente– lanzó una última ofensiva. Rivera confesó que había ido a revocar los poderes que en su día le dio a su madre y a su tío para firmar la hipoteca de 1,2 millones con su parte de Cantora cuando la tonadiller­a estaba en la cárcel, y le dio un ultimátum de 24 horas a su madre para que se pusiera en contacto con él o sino pediría cuentas a la justicia de todas las acciones que se habían hecho a su nombre. “No quiero su perdón, ni que se solucionen las cosas, quiero explicacio­nes”, repetía el hijo de Paquirri como un mantra bajo los focos.

Rivera aprovechó la visita para seguir accionando el ventilador de la mugre familiar, al afirmar que Isabel Pantoja se había planteado en alguna ocasión quitarle los apellidos a su hermana Isa Pantoja e insinuar que la cantante se había arrepentid­o alguna vez de esa adopción. La describió como una persona con problemas psicológic­os y filtró anécdotas surrealist­as como que aprovechab­a las visitas de los fans a Cantora para hacerles trabajar o que su madre se pasaba el día dando de comer a los gatos que merodean por la finca o viendo vídeos en Youtube de sus propias actuacione­s. Como si de una partida solitaria se tratara, Kiko Rivera sigue moviendo sus fichas para acorralar a una Isabel Pantoja que tarde o temprano se sentará también ante el tablero ya sea para defenderse o para ejecutar su propio ataque. Y cuando eso pase quizás Cantora salte por los aires con todos sus secretos. Cada día que pasa estamos más cerca de una detonación de consecuenc­ias imprevisib­les. Y ese día ya no habrá marcha atrás.

El hijo de la tonadiller­a asegura que ya no busca el perdón, solo explicacio­nes

 ?? DIEGO PUERTA / GTRES ?? Relación rota Rivera había sido siempre el gran defensor de su madre, de quien asegura que estaba
“cegado”. Ahora ve muy difícil una reconcilia­ción y pide públicamen­te que Pantoja dé explicacio­nes
DIEGO PUERTA / GTRES Relación rota Rivera había sido siempre el gran defensor de su madre, de quien asegura que estaba “cegado”. Ahora ve muy difícil una reconcilia­ción y pide públicamen­te que Pantoja dé explicacio­nes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain