Las autonomías endurecen más las medidas por temor a la cepa británica
Simón pide reducir de manera drástica la transmisión ante el colapso de las ucis
Las ucis no pueden soportar más presión. De media, el 40% de estas camas ya están ocupadas solo por enfermos por coronavirus. La mayoría de los hospitales tiene un nivel de ocupación de las unidades de críticos insostenible, que impide tanto la atención a los pacientes covid como a los no covid. Y eso significa inevitablemente más fallecimientos. Ante esta realidad, el objetivo prioritario de las comunidades autónomas es reducir de manera drástica los contagios. Los hospitales están al límite y el colapso será un hecho si no se reducen los datos como el registrado este fin de semana, con un nuevo récord de contagios: 93.822 y 1.369 fallecidos desde el viernes.
A esto se suma la presencia de la variante británica, más contagiosa y que ya se encuentra en buena parte de las regiones, lo que ha llevado a los gobiernos regionales a endurecer aún más las restricciones impuestas tras la Navidad. El miedo a su mayor transmisibilidad y la previsión de una mayor prevalencia en las próximas semanas obliga a los gobiernos regionales a imponer el semiconfinamiento. Es el caso de Galicia, que ayer anunció el cierre casi generalizado de toda la comunidad: se ha echado el cierre a la hostelería sin más excepciones que los servicios para consumir en domicilio, se confina a todos sus ayuntamientos y se prohíben las reuniones de no convivientes. También se limita la actividad comercial: todos los establecimientos que no se consideren esenciales cerrarán a las 18 horas y los grandes centros comerciales permanecerán clausurados durante los fines de semana. Estas medidas durarán tres semanas.
Murcia, por su parte, adelanta el cierre de actividades no esenciales en 8 municipios y limita los encuentros en público a dos no convivientes. Estas dos comunidades se suman a otras muchas que ya han impuesto el adelanto del toque de queda a las 22 horas, el cierre total de la hostelería o adelantar su horario de actividad y las limitaciones de los grupos, que se sitúa entre las 2, 4 y 6 personas, dependiendo de la región. Además, se ha limitado las actividades no esenciales y se prohibe la circulación entre municipios y comunidades.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aplaude estas medidas. “Hay que reducir de manera drástica la transmisión porque los hospitales están al límite”, insistió. Simón reconoce que la situación en España no es buena, con una incidencia acumulada en 14 días de 884 casos por 100.000 habitantes, más del triple del marcado que apunta a riesgo extremo. El epidemiólogo, sin embargo, ve algunos datos positivos, como la ralentización del crecimiento de los casos. “Creemos que el pico de la tercera ola se produjo el anterior fin de semana”, indicó.
Pero no es suficiente. Hay que bajar la transmisión, algo que lo dificulta la nueva cepa británica (más transmisible y aún en estudio si es más virulenta, señaló), presente en parte de España. Según Simón, en este momento, su presencia es minoritaria (ocupa un 5% del espacio que ocupa la actual cepa), pero será posiblemente mayoritaria a finales de febrero o marzo. “Hay que atajar la transmisión ya”, insistió, mientras afeó (“no me parece normal que lo fastidiemos por una fiesta”, dijo) a aquellos que siguen sin cumplir las normas (fiestas, manifestaciones, ciudadanos que no llevan la mascarilla...).
Las otras cepas, la sudafricana y la brasileña, solo se han detectado en dos personas: un hombre que viajó a Madrid desde Sudáfrica y un pasajero desde Brasil a Italia que hizo escala en Madrid.
En esta nueva lucha contra reloj, la vacuna no es por el momento la solución, indicó Simón. Lo será más adelante, pero ahora, con población vulnerable sin inmunizar, no. Todo pasa por cumplir las normas.
Nuevo récord de contagios en fin de semana: 93.822 casos y 767 personas fallecidas por covid