La Vanguardia

Dios también se disfraza de jugador de la NFL

Leve mejoría de Fausto Gresini

- Luis Buxeres T.L.J.

Hay una generación de aficionado­s a la NFL que creció bajo el yugo de los San Francisco 49ers. Es la mía. Fueron muchas noches en vela esperando una derrota de Montana que nunca llegó. Siempre ganaban la Super Bowl. La pasión por el deporte implica que a veces te alinees con el más débil. Por eso los 49ers me caían mal. Nunca me iba a dormir contento. Me pasaba también con Alain Prost o Pete Sampras. Cosas de la edad.

Pero volvamos a Montana (sin olvidar a Jerry Rice). Condujo a San Francisco a cuatro Super Bowls y ganó las cuatro. Me hice mayor pensando que era el mejor quarterbac­k de la historia y que siempre me quedaría el consuelo de que había podido disfrutar de sus éxitos, por mucho que fueran a costa de mi salud mental. Como casi siempre, me equivocaba. Lo peor fue que el bofetón llegó desde mi (deportivam­ente) odiada Boston. Los Lakers, los Kings y, en fútbol americano, los

Raiders eran de los míos. Los Ángeles al poder.

Con el cambio de siglo, Tom Brady cogió el relevo de Joe Montana a la hora de amargarme las madrugadas del primer domingo de febrero. Las Super Bowls de los Patriots caían como losas. Una, dos, tres... ¡hasta seis! San Francisco ya era solo un vago recuerdo de juventud. Todos los rivales de New England eran mis nuevos enemigos (de nuevo, deportivos). Eli Manning y sus Giants me dieron alguna alegría pero eran pequeñas batallas. La guerra estaba perdida. Ir contra los Patriots y contra Brady era como conducir un Ferrari en sexta marcha por la collada de Toses. La torta estaba asegurada.

Pero este verano algo cambió. Brady y Gisele se fueron de Boston –¡gracias!– y aterrizaro­n en una tierra mucho más amable (por última vez, deportivam­ente hablando), la soleada Florida. Los Buccaneers ni siquiera habían entrado en playoffs pero Brady, con 43 años, apostó por ellos. Lejos de Boston ya podía ser uno de los nuestros. Y no nos ha fallado. Su décima Super Bowl le espera. 35 años después parece que Dios ha regresado a la Tierra. Pero esta vez no se ha disfrazado de jugador de baloncesto. Ahora juega a fútbol americano y se llama Tom Brady.

MOTOCICLIS­MO Fausto Gresini, team principal de la estructura homónima que compite en los tres campeonato­s de Motogp, ingresado por coronaviru­s desde el 30 de diciembre, ha experiment­ado una leve mejoría en su estado de salud. Según el último parte médico, Gresini (59) ha dado un “pequeño pero significat­ivo paso adelante. Está consciente y combativo. Todavía necesita ventilació­n mecánica, pero la oxigenació­n de la sangre está mejorando” y ha iniciado la rehabilita­ción muscular. /

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