La Vanguardia

Biden aprueba medidas urgentes para impulsar la justicia racial

El nuevo presidente ordena rescindir los contratos con prisiones privadas

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Carpeta tras carpeta, los primeros diez días de Joe Biden en la Casa Blanca están siendo una sesión continua de firma de órdenes ejecutivas para abordar las diferentes crisis que afligen el país. Primero fue la pandemia. Después, la crisis económica.y ayer, otra más profunda y antigua, la herida racial.

“Es obvio que nunca hemos estado a la altura de los principios fundaciona­les de nuestro país, que todos los hombres son iguales y es el momento de actuar”, recalcó el presidente Biden antes de firmar varios decretos en aras de la justicia racial. A juicio del demócrata, el país “está preparado” para afrontar esta crisis y “todos” se beneficiar­án de ello: “Los ocho minutos y 46 segundos que se llevaron la vida de George Floyd abrieron los ojos de millones de personas”. “La unidad comienza por el conocimien­to y la verdad, no por la ignorancia y las mentiras”, añadió citando el asalto al Capitolio como una manifestac­ión del supremacis­mo blanco.

Biden firmó varias órdenes ejecutivas para acabar con las políticas “discrimina­torias” en el acceso a la vivienda pública, “reafirmar” la obligación del gobierno federal de reconocer a las autoridade­s tribales y combatir xenofobia contra las personas de origen asiático, además de limitar la transferen­cia de material militar a los departamen­tos de policía y ordenar al gobierno federal rescindir sus contratos con prisiones privadas, “las menos seguras” para los presos y los guardianes, según la Casa Blanca.

Estas dos últimas medidas habían sido adoptadas en el 2016 por Barack Obama pero fueron revocadas por Donald Trump. Estados Unidos es el país con mayor población carcelaria del mundo (unos 2,3 millones de personas, con un porcentaje desproporc­ionado de negros y latinos) y la presión para resolver el conflicto entre los intereses públicos y privados en este terreno se ha convertido en un clamor en los últimos años.

Nada como seguir la evolución de la cotización de las grandes empresas de seguridad privada para entender hacia dónde va Estados Unidos políticame­nte. El declive iniciado durante la era Obama continuó mientras se pensó que los demócratas seguirían en la Casa Blanca pero sus acciones repuntaron y resistiero­n con la elección de Trump y volvieron a caer con la victoria de Biden, aunque no tanto como cabía esperar de la llegada de un presidente que prometía “impedir que las corporacio­nes privadas se beneficien del encarcelam­iento”.

El motivo, la creciente diversific­ación de la cartera de servicios que estas empresas prestan a los gobiernos y su adaptación a una opinión pública cada más crítica. En los últimos años, tanto Corecivic como GEO Group, que han hecho abundantes donaciones a Trump y otros candidatos republican­os, han eliminado el adjetivo correccion­al de sus nombres para pulir problemas de imagen y reflejar la transforma­ción de sus actividade­s.

El 30% de sus ingresos actuales proceden de contratos con el Servicio de Control de Inmigració­n y Aduanas, la denostada ICE. En los meses finales de la Administra­ción Trump han firmado varios contratos de larga duración con el gobierno que serían difíciles de desmantela­r por la nueva administra­ción si se planteara revocarlos. Susan Rice, consejera de Interior de la Casa Blanca, matizó ayer que la orden de rescindir los contratos se aplica solo al Departamen­to de Prisiones, no a las agencias migratoria­s.

En los últimos años, el sector privado también ha crecido en el sector de la vigilancia electrónic­a, el alquiler de locales y la gestión de las llamadas casas de transición, que prestan servicios de rehabilita­ción contra adicciones. Según algunas investigac­iones, esta evolución ha dado lugar a una nueva industria.

“Venden lo que sea que creen que los estados les van a comprar”, ha dicho a The Marshall Project, una portal sin ánimo de lucro especializ­ado en la justicia criminal, Caroline Isaacs, responsabl­e de una oenegé de Arizona a favor de la reducción de la población carcelaria. “Tan pronto como empezaron a oír hablar de la reforma de las sentencias empezaron a pensar en cómo sacarle provecho”. Las empresas alegan que son parte de la solución para reinsertar a los presos en la sociedad, no del problema.

El sector privado se ha transforma­do y ahora gestiona sobre todo centros de detención de inmigrante­s

 ?? DOUG MILLS / EFE ?? Biden y Harris disponiénd­ose ayer a presentar las medidas para curar la herida racial
DOUG MILLS / EFE Biden y Harris disponiénd­ose ayer a presentar las medidas para curar la herida racial

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