La micromovilidad gana adeptos con la pandemia
En un año marcado por el descenso generalizado de la movilidad en todo el mundo a causa de la pandemia de la covid, los medios de transporte individual han encontrado el contexto idóneo para consolidar su auge. Casi un tercio de los españoles (31%) ha usado bicicletas, patinetes o motocicletas compartidas al menos una vez en el 2020, un 7% más que en el 2019, según datos del Informe Global de Transporte Público de Moovit, publicado ayer.
El 12,4% de los usuarios españoles de estos vehículos unipersonales hacen un uso diario o frecuente (al menos tres veces por semana) de estos. Las ciudades en las que estas opciones de transporte son más populares son Sevilla, Burgos y València. En Barcelona, los usuarios frecuentes han aumentado en dos puntos (de 10,2% en el 2019 hasta alcanzar la media española, 12,3%, el año pasado), aunque siete de cada diez ciudadanos (71,1%) nunca han optado por la micromovilidad.
Las conclusiones del informe, que analiza las tendencias de movilidad en 28 países, indican también que el 42% de los españoles ha reducido el uso del transporte público. Sin embargo, un porcentaje incluso mayor, el 43%, sigue usando este servicio con total normalidad, y un 6% incluso lo utiliza más. Obviamente, las restricciones de movilidad decretadas durante prácticamente todo el año determinan los resultados del estudio.
Aun así, el incremento del uso de opciones de transporte unipersonal parece una tendencia que ha llegado para quedarse. Otros datos así lo indican. El pasado verano, durante las escasas semanas en las que la crisis sanitaria dio una tregua a la población, los accidentes de patinete se dispararon en Barcelona. En respuesta a este nuevo reto vial, el Ayuntamiento se está planteando que llevar casco sea obligatorio para los que circulen en patinete por la ciudad, lo que supondría ir ampliar las medidas previstas en la nueva regulación de la dirección general de Tráfico para reducir el incivismo y la alta accidentalidad.
El 65% de los usuarios españoles de bicis, patinetes y scooters compartidas acude directamente a su destino en estos transportes, mientras que el 35% combina su uso con el del transporte público. Las razones para la preferencia de estos transportes respecto a otras opciones son principalmente la rapidez (38%), en contraste con ir a pie (la otra opción de desplazamiento claramente en auge durante la pandemia); la posibilidad de llegar a sitios a los que no llega el transporte público (27%) y el respeto al medio ambiente (26%).
Las comparaciones con los datos recogidos en la edición anterior del informe carecen de sentido por el cambio radical del contexto de movilidad en las ciudades analizadas. La comodidad de poder aparcar donde uno quiera y el sentirse más protegido frente a la covid comparten el cuarto puesto entre las razones para el uso de las opciones de micromovilidad, con el 21%. Las razones económicas (son más baratos que otros vehículos de propiedad) tienen menos peso.
El informe también analiza la disposición de los ciudadanos al pago mediante el móvil en el transporte público. La mitad de la población española (49%) desearía
Tres de cada diez barceloneses usan siempre bicis, patinetes o motos compartidas, y solo un 43% desearía pagar el transporte público con el móvil
Rapidez, accesibilidad y facilidad para aparcar, las principales razones para su uso; un 21% aduce mayor seguridad frente a la covid
poder hacerlo, pero las diferencias entre ciudades son notables. Las localidades en las que más se demanda el pago digital son Tenerife (57% de los encuestados), Madrid (56%), Mallorca (55%) y València (53%).
Barcelona se sitúa en la cola de esta clasificación. Solo el 43% de los ciudadanos muestran su disposición a pagar el transporte mediante una app, prácticamente el mismo porcentaje (43,5%) de barceloneses que afirma tener poco o ningún interés en esta opción.