Luz de alarma en ‘La isla de las tentaciones’
Filtrados dos vídeos sexuales de dos concursantes
Una de las grandes novedades de la tercera edición del reality de Mediaset La isla de las tentaciones es la presencia de la llamada luz de la tentación, una alarma que se activa cuando uno de los miembros de la parejas participantes cruza los límites marcados por ellos mismos con anterioridad. Lo que no esperaba el espacio es que la alarma que hasta ahora ha sonado con más fuerza haya sido en su contra tras filtrarse dos vídeos sexuales en las redes sociales sin el consentimiento de los protagonistas.
Para entender bien la polémica suscitada hay que recordar que estamos hablando de un programa grabado -esta entrega se grabó hace unos meses, una semana después de la segunda- y cuyos participantes tienen firmados contratos de confidencialidad con cláusulas donde aceptan que todo lo que se grabe durante su participación en el programa puede ser emitido si los responsables consideran que por criterio editorial pueden hacerlo.
El problema es que tanto el contenido del primer vídeo como del segundo no son imágenes emitidas por el programa y se han filtrado en las redes sin el consentimiento de los concursantes. Ambos parecen grabados con el móvil directamente desde la pantalla y tienen como protagonistas a dos de las participantes principales de La isla de las tentaciones con dos de los tentadores. El primer vídeo, donde se veía a los dos jóvenes practicando sexo oral, fue retirado en menos de una hora de Twitter en una cruzada por parte de la productora Cuarzo que por ahora se ha manifestado en un comunicado a través de las redes sociales, donde asegura que rechaza la difusión del vídeo y anuncia que ha “puesto en marcha una investigación interna para clarificar los hechos e identificar a los responsables”.
Los dos concursantes que aparecen en ese primer vídeo ya han anunciado que han emprendido acciones legales, aunque defienden su contenido, que consideran “un acto natural que todos practicamos”. La aparición de estas imágenes supone un doble delito : difundir un vídeo de contenido sexual sin el permiso de la persona afectada se tipifica como delito contra la intimidad, y además, al ser las imágenes propiedad de la productora y la cadena, también supone un delito de descubrimiento de imágenes audiovisuales. La ley no solo castiga a quien difunde las imágenes sino también a quien las comparte -por ejemplo en redes socialesy puede comportar una pena de prisión de hasta cinco años según los agravantes.
Por ahora, el segundo vídeo, con dos de los jóvenes muy entregados en la piscina, no ha sido retirado. Esta luz de alarma ha difuminado en cierto modo la euforia de la cadena por el éxito de audiencia logrado el pasado jueves en su estreno con un 25,2% de cuota de pantalla y una audiencia de más de tres millones de espectadores. El mejor arranque de una edición de este programa que ahora debe capear una polémica que puede terminar en los tribunales.
El caso está en manos de la justicia y la productora abre una investigación interna