La Vanguardia

Un equipo maduro

El Barça derrota al Zenit superando un ligero apagón al final

- LUIS BUXERES

MOMENTO CLAVE

Los 13 puntos sin fallo de Kuric en el segundo cuarto catapultar­on a los blaugrana en el marcador

SIN RESPIRO

La defensa rusa se activó en el último cuarto y obligó al Barça a hacer un último esfuerzo

85 Barça 81

Zenit San Petersburg­o

Barça: Calathes (9), Higgins (14), Abrines (3), Mirotic (14), Oriola (4); Hanga (2), Kuric (16), Smits (2), Davies (18), Westermann (3), Sergi Martínez (0)

Zenit: Pangos (13), Hollins (4), Pontika (10), Thomas (6), Gudaitis (15); Pushkov (0), Baron (10), Rivers (3), Zubkov (15), Fridzon (5)

El Barça estrenó ayer su recién recuperado liderato de la Euroliga con un triunfo que le sirve para seguir marcando el paso. No fue fácil la victoria ante un Zenit que no se dio por vencido ni en los peores momentos. El equipo de Pascual activó su férrea defensa en el último cuarto y le dio un buen susto a Jasikevici­us y los suyos, que sufrieron un apagón ofensivo que recordó a principios de temporada. Pero el conjunto blaugrana es ahora un equipo más hecho y más fuerte mentalment­e, y no se asustó.

Se medían en el Palau las dos mejores defensas (de largo) de toda la Euroliga. Y lejos de disimular, Barça y Zenit se dejaron la vida para seguir ostentando ese estatus. El 1614 con el que finalizó en el primer cuarto no auguraba grandes alegrías en el marcador aunque realmente el partido estaba siendo apasionant­e. Eso sí, fue fácil imaginar a, por ejemplo, Mike D’antoni cambiando de canal y optar por ver un documental sobre la cría de gusanos.

Solo los triples desatascab­an a ambos equipos en ese tramo inicial del choque. Anotar una canasta fácil se antojaba misión imposible y había que masticar cada posesión.

Era un partido muy especial el de ayer por diversos motivos. El deportivo, obviamente, porque el líder recibía al equipo revelación del año. Pero también por el regreso del idolatrado Xavi Pascual y el no tan idolatrado Kevin Pangos, que parece haber adoptado el sobrenombr­e de Magic desde su salida de Barcelona por mucho que en el Palau no tuvo su mejor noche. La ausencia de público le quitó algo de emotividad pero que pise el parquet el último técnico capaz de teñir de blaugrana una Euroliga merece siempre una mención especial.

El guion del partido varió un poco en el segundo cuarto. La muñeca de Kuric se rebeló contra la sequía en el marcador y le dio de comer. El francotira­dor de Evansville firmó 13 puntos sin fallo en ese parcial y le dejó el mando del partido al Barça en bandeja. Sus recitales comienzan a ser un hábito y Jasikevici­us lo está sabiendo explotar.

Pascual, en cambio, se desesperab­a, empeñado en protestar a los árbitros. El Barça estaba empezando a correr y a anotar con facilidad y eso no le gustaba nada. No entraba en sus planes. Casi al borde del descanso, una canasta marca de la casa de Calathes se traducía en la máxima diferencia de la noche (44-31, minuto 19) pero quedaba demasiada tela por cortar para que los locales cantaran victoria. El triunfo del Zenit en el partido de ida aún escocía y todavía quedaba medio partido para poder firmar una dulce venganza.

Tras el descanso, la defensa del Barça volvió a asumir el mando de las operacione­s y pareció dictar sentencia antes de tiempo. Davies, primero (53-34), y Westermann, sobre la bocina (69-50), estiraban la máxima en el marcador. Nada hacía indicar que tendrían que negociar curvas para firmar la victoria. Pero la temible defensa del Zenit se conectó por fin en el último cuarto y, como una hormiga, el equipo de Pascual fue recortando gracias a los triples de Zubkov hasta el 74-68 (minuto 68). Entonces afloró la madurez de este Barça, que con un recuperado Brandon Davies abortó cualquier sorpresa y se afianzó en el liderato.

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE Will Thomas, rodeado por tres jugadores del Barça, ayer en el Palau

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