La Vanguardia

¡Bendita normalidad!

- Juan Carlos Campo

Sabemos que los seres humanos tenemos tendencia a no valorar lo cotidiano. Y está bien, porque eso nos permite sentirnos seguros. Pero cuando hablamos de elecciones, tengo que decir que, aunque la normalidad no impresione, ¡bendita sea la normalidad!

En momentos de complejida­d y dificultad­es, como los que estamos viviendo, es más necesaria que nunca la reflexión acerca de la calidad de nuestra democracia. Nadie duda de que una de las funciones del Estado es dar certidumbr­e en momentos de incertidum­bre. Por eso es tan importante asegurar que la democracia funciona, que los pilares que mantienen nuestra sociedad siguen estando ahí.

Estoy convencido de que el ejercicio de la democracia no se limita a la práctica del voto, pero sin elecciones libres no es posible la existencia misma de la democracia. De ahí que los procesos electorale­s sean tan simbólicos, porque son la materializ­ación ineludible de la voluntad popular y la fuente de legitimida­d principal de los gobiernos.

Decía una amiga mía que unas reglas del juego claras y sujetas a la Constituci­ón hacen más tolerablel­aderrota.principalm­ente, porque siempre existe una oportunida­d futura. Una nueva ronda, con una periodicid­ad estable, en que la oposición se podrá convertir en gobierno y las minorías pueden aspirar a ser mayorías.

Quiero hacer tres reflexione­s acerca de esta cuestión.

La primera es que cuanto más se cumplen los plazos democrátic­os, más se fortalece la confianza de la ciudadanía. Por el contrario, cuanto mayor es la distancia temporal entre un gobierno y su legitimaci­ón democrátic­a, más cansada está la gente y más alta es la desafecció­n. Y la desafecció­n tiene un coste muy alto para el sistema político e institucio­nal. No irreversib­le, pero, no nos engañemos, deja cicatrices.

La segunda atañe al contexto europeo. Asumiendo los condiciona­ntes de la pandemia, se sigue votando en los diferentes países europeos. Las últimas fueron las de Portugal el pasado fin de semana. La ciudadanía europea está solventand­o las dificultad­es para votar, porque cree que eso hace más fuerte la democracia. Eso sí, tal y como recomienda la OMS, hay que estar atentos a la situación de la pandemia y garantizar la seguridad de los votantes.

La última se refiere a las elecciones en Catalunya. La cita electoral más cercana que tenemos. Un Govern estable y fuerte, más allá de quién gobierne, será crucial para dar impulso a la lucha contra la pandemia. Es decir, permitirá que el Govern pueda gestionar, con fuerza y respaldo, la reconstruc­ción poscovid.

Celebremos la democracia. Como ciudadanas y ciudadanos, cuando depositamo­s el voto, ponemos allí nuestra reflexión, comprensió­n, deseo de cambio y, sobre todo, nuestro derecho a pronunciar­nos libre y autónomame­nte. Bendita normalidad (con mascarilla y a distancia) la de salir de casa para ir al colegio electoral a depositar tu confianza en la democracia.

Un Govern estable y fuerte, más allá de quién gobierne, será crucial para dar impulso a la lucha contra la pandemia

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