La Vanguardia

Biden retoma las relaciones con Palestina

-

Desde su creación en 1948, Israel ha tenido en EE.UU. su mejor aliado. Así ha sido a lo largo de las diversas administra­ciones en la Casa Blanca y así seguirá siendo. Pero toda alianza tiene matices y tonos, y Joe Biden quiere marcar su propio perfil. Durante su presidenci­a, Donald Trump dio un apoyo sin precedente­s a Israel, reconoció a Jerusalén como su capital, trasladó su embajada desde Tel Aviv, redujo al mínimo la ayuda financiera a los palestinos, bendijo la legitimida­d de los asentamien­tos judíos en tierras reclamadas por los palestinos y reconoció la soberanía israelí sobre los altos del Golán. Con Biden en la Casa Blanca algunas de estas políticas van a cambiar.

Su decisión más importante es la de volver a apoyar una solución de dos estados mutuamente acordada, como respalda la comunidad internacio­nal. Ello tira a la papelera el plan de paz que propuso Trump de un Estado palestino desconecta­do, con Israel controland­o partes clave de Cisjordani­a. La Administra­ción Biden restaurará la relación con la Autoridad Nacional Palestina y retomará la ayuda a los refugiados palestinos. Un punto de inflexión que no será del agrado del primer ministro Netanyahu, a las puertas de unas nuevas elecciones.

El embajador de EE.UU. en la ONU ha afirmado ante el Consejo de Seguridad que Washington asegurará el futuro de Israel como Estado democrátic­o al tiempo que apoyará las “legítimas aspiracion­es palestinas a un Estado propio viable y a una vida con dignidad y seguridad”. Para EE.UU. la paz no puede volver a ser impuesta y la solución final demanda la participac­ión y el acuerdo de israelíes y palestinos, para lo cual Washington reanudará los contactos con ambas partes.

El cambio en la posición estadounid­ense era esperable. Pero pese a ello, Biden mantendrá la sede de la legación diplomátic­a en Jerusalén –como senador apoyó en 1995 la ley que da cobertura legal al traslado– aunque abrirá un consulado en Jerusalén Este, de población mayoritari­amente árabe. Y seguirá instando a otros países árabes, como hizo Trump, a normalizar los lazos con Israel (los llamados acuerdos de Abraham), unos avances que, dice la Casa Blanca, “no sustituyen la paz entre israelíes y palestinos”.

El compromiso de EE.UU. con la seguridad de Israel no va a cambiar. Pero si Trump llegó al poder convencido de que resolvería el conflicto palestino-israelí, Biden es mucho más cauto y sabe que un acercamien­to a corto plazo no parece posible. Y por otro lado los acuerdos de Abraham han roto uno de los paradigmas del conflicto existente hasta ahora, consistent­e en que los países árabes e Israel no podían normalizar relaciones sin que se resolviera antes la cuestión palestina. El escenario geopolític­o en Oriente Medio se está moviendo y EE.UU. quiere trabajar en esta nueva realidad, pero es consciente de que una solución, e incluso una negociació­n palestino-israelí, es todavía inimaginab­le.

EE.UU. apoyará la solución de dos estados para acabar el conflicto

palestino-israelí

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain