La alta costura se adapta a la covid y presenta las tendencias online
Pese a la ausencia de alfombras rojas, el lujo mantiene el calendario
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Cada enero, París se viste con sus mejores galas para dar la bienvenida a la alta costura. Los franceses se enorgullecen de haber creado, y de seguir albergando, el acontecimiento de moda que reúne las piezas más exclusivas y únicas diseñadas por las mejores firmas de lujo. Y así ha sido este año, pese a que un virus podría haberlo arruinado todo.
La preocupación en Francia por la expansión del coronavirus ha obligado a las marcas a organizarse para mostrar sus colecciones exclusivamente en línea y, consecuentemente, cancelar cualquier acto y fiesta privada que reúna a famosos, clientes y amigos de las casas de lujo. Eso sucedió también durante las presentaciones de prêt-à-porter de moda masculina de la pasada semana, que ha dado buenas señales de cómo algunas marcas logran hacen frente a las adversidades. Adaptarse o morir. Y esta semana, la alta costura, que presumía de unos años de bonanza tras la inyección económica por parte de economías emergentes como la de China, no iba a ser menos.
Algunos desfiles se han sustituido por fashion films, como es el caso de Le Château du Tarot de Dior, un espacio de creatividad donde el arte y la publicidad se difuminan para dar lugar a creaciones visuales de gran envergadura, y otros se han limitado a retransmitir la pasarela en diferido. Sea como fuere, las colecciones de alta costura para la temporada primavera-verano 2021 han dado lugar a cuatro grandes tendencias que se podrán ver, con permiso de la pandemia, en las próximas galas y certámenes internacionales.
Bajo un halo de misterio, de la mano de Dior, Valentino y Schiaparelli, se halla la primera tendencia. El primero tuvo que recurrir al tarot para encontrar el camino en estos tiempos de incertidumbre. Inmerso en ese imaginario esotérico recreó los estilismos característicos de las cartas y las vistió de Dior.
Valentino presentó su colección más “emocional” y minimalista, pero lo hizo con una dosis de dramatismo pintando los rostros de algunas modelos de dorado, como si llevaran una máscara típica veneciana.
Schiaparelli dio un paso más allá y homenajeó el espíritu vanguardista de su creadora. Diseños con siluetas surrealistas, cueros rígidos
La semana de la moda parisina ha dado lugar a cuatro grandes tendencias que reinarán próximamente
que imitan torsos musculosos e incluso un vestido con una pequeña silueta de un bebé siendo amamantado se convirtieron en protagonistas de la colección más enigmática.
En segundo lugar, Chanel, Giambattista Valli e Iris van Herpen anticiparon que los próximos vestidos vendrán cargados de volúmenes, algunos tejidos a base de tul y otros con organza, cuyo fin será hacerse notar. En esa misma línea estaban las propuestas de Valentino, Schiaparelli y, de nuevo, la casa Chanel, que cambió el movimiento por los destellos brillantes de lentejuelas.
Unos trajes que se escondían tras una capa de grandes dimensiones, la cuarta tendencia de la temporada. Dior la adornó con motivos florales, Armani Privé la confeccionó con un delicado tul semitransparente y Fendi simuló el clásico mármol señorial en la colección debut
de Kim Jones, que trabajó mano a mano con su antecesora en el cargo, Silvia Venturini Fendi.
“Ambos disfrutamos del trabajo en equipo, que es exactamente cómo funcionaban las cosas con Karl Lagerfeld”, explicó a La Vanguardia la nieta de los fundadores de la firma italiana. Un nuevo rumbo para Fendi como lo es para el sector de la alta costura, abierta a todo aficionado de la moda y con el halo de ensoñación que abandera intacto.