La Vanguardia

El equipo A

Koeman recurre a un triple cambio para evitar la cuarta prórroga

- CARLES RUIPÉREZ

Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarl­os”. Así acababa la carátula de aquella serie ochentera que era El Equipo A sobre cuatro soldados del ejercito estadounid­ense que sobrevivía­n como soldados de fortuna. Si usted fue un niño en aquella década sabe perfectame­nte quienes eran. En Balaídos, cuando el Celta sale del descanso para jugar la segunda parte, ponen la melodía de la serie.

En Vallecas, por megafonía, no sonó ninguna canción. Pero en el banquillo del Barcelona llamaron a rebato en el minuto 68 del partido. El Rayo acababa de adelantars­e en el marcador y Koeman, al más puro estilo Hannibal Smith, urdió el plan que no quería haber usado. Pero no le quedó más remedio que tener que recurrir a él. El técnico holandés se giró y ordenó un triple cambio.

Jordi Alba, Pedri y Ousmane Dembélé, que habían jugado de inicio en Elx y a los que el entrenador quería dar descanso pensando en la Liga, tenían que arremangar­se ante el problema en el que estaban metidos los blaugrana. Los titulares, al campo. Dentro. Le tocaba al equipo A.

Y el plan salió bien. Como los del coronel de la serie televisiva.

Se marcharon Junior Firpo, Riqui Puig y Trincão. Hombre por hombre, posición por posición, sustitucio­nes naturales. No fue una revolución táctica, pero cambiaron la cara al partido. Fue el resorte que necesitaba el Barça, al que le sentaron de perlas las incorporac­iones.

El gol del empate apenas tardó un minuto en llegar después de su entrada. Fue casi matemático, automático. Y aunque en el 1-1 no intervino ninguno de los tres revulsivos, fue la señal de que el Barça estaba decidido a remontar. Marcó Messi, que reaparecía tras dos partidos de sanción. Le dio el pase Griezmann, cuyo desmarque había visto De Jong.

En el segundo gol sí que tuvo incidencia uno de los jugadores de refresco. Messi habilitó a Alba por la izquierda, y el centro del lateral lo envió a la red De Jong, que suma cinco goles este curso desde que juega como interior en el 4-3-3. El holandés cada día es más líder en el equipo.

Dembélé se ganó una amarilla, pero entró en el campo con la idea de encarar y desequilib­rar. Mientras que Pedri sigue aportando lucidez en cada una de sus acciones.

Para los sustituido­s fue una nueva oportunida­d que no terminaron de aprovechar. Riqui Puig jugó 68 minutos al lado de Messi, cuando en toda la temporada apenas había podido coincidir 56 con el diez. El centrocamp­ista volvió a dejar detalles aunque el césped no ayudaba y hasta disparó una vez al poste. Junior tenía cara de enfadado consigo mismo en la grada después de haber sido titular por cuarta vez. En el caso de Trincão, el extremo portugués empieza a necesitar un golpe anímico. Se le está poniendo cara de André Gomes.

CASI MATEMÁTICO Entraron Alba, Pedri y Dembélé y al minuto siguiente el Barcelona igualó el partido

Fichado por 31 millones hace un años ya lleva 25 partidos y sigue sin estrenarse como goleador. Es el único delantero que no ha visto puerta. En total, ya son 814 minutos. Ayer, tuvo una ocasión inmejorabl­e para hacer el 0-1. Encaró a Dimitrievs­ki en carrera, con tiempo, en la jugada perfecta para un zurdo. No acertó. Aunque en su defensa hay que decir que fue objeto de dos penaltis en los que ni el árbitro y el VAR vieron nada punible. Trincão abría los brazos como el que no entiende nada. El equipo A lo solucionó en 13 minutos.

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DANI DUCH Los jugadores del Barcelona celebran el gol del triunfo, anoche en Vallecas

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