Con paso firme a semifinales
España vence a Noruega con un soberbio Corrales y se medirá a Dinamarca por la final
España volverá a estar en unas semifinales de un Mundial por séptima vez en su historia, seis años después de la última cita, en Qatar 2015. El conjunto dirigido por Jordi Ribera se deshizo del temible rival noruego en un ejercicio de solvencia, oficio y confianza, impulsado por un colosal Rodrigo Corrales en la portería, autor de 19 paradas de mérito y un 44% de acierto, y un efectivo Álex Dujshebaev en ataque (8 goles).
Los hispanos, que han ido creciendo a cada paso en el torneo, después de una larga inactividad (dos partidos en un año) que pagó en los primeros partidos, se enfrentarán mañana en semifinales a Dinamarca. Los vigentes campeones del mundo sufrieron lo indecible para superar a los anfitriones, Egipto (39-38), después de dos prórrogas y una tanda de penaltis.
El duelo de cuartos contra Noruega, una de las mejores selecciones de la actualidad, corroboró que a España le van los grandes envites, cuando más se juega.
El primer tiempo de la selección española fue primoroso (21-15); seis goles de renta que reflejaban la superioridad absoluta de los hispanos ante los nórdicos. Un dominio basado en un juego total: defensa intensa, portería inmensa con Corrales (7 paradas) y un ataque certero (70% de acierto, 21 de 30 lanzamientos) liderado por un Maqueda desmelenado en cinco minutos de locura.
Para llegar a ese punto de no retorno del descanso, España edificó la victoria provisional en un arranque muy sólido que le permitió irse rápidamente de tres goles (6-3 de Marchán a los 8m45s; 9-6 antes de los 15). Fue un inicio intenso, de alto voltaje, a un ritmo diabólico, en el que los hispanos estuvieron mucho más acertados, concentrados y muy serios en defensa, sin dar lugar a la pájara recurrente de cada partido y a las imprecisiones.
El punto de inflexión del primer tiempo fue doble: la lesión de Sagosen, la figura noruega y segundo máximo goleador del Mundial (50 goles), tras el 13-9, y la irrupción de un Maqueda pletórico, que enlazó cuatro misiles que llevaron a España a un +6 intimidador (16-10).
Noruega, desnortada sin brújula –ya que Sagosen se fue por el túnel de vestuarios cojeando y no regresaría–, se veía venir lo peor. España estaba lanzada y solo dos exclusiones seguidas, de Guardiola y Maqueda, frenaron el festival, a la vez que Blonz con tres penaltis y Jondal (4) cortaban la hemorragia y Noruega podía cerrar el último parcial con un 5-5.
El paso por vestuarios no le sentó bien a España, que se enfrió demasiado. Noruega salió enchufadísima, a la carrera, y endosó un parcial de 0-3 en poco más de 6 minutos que encogía el marcador al 21-18. Ribera reaccionó rápidamente con tiempo muerto para evitar que se le escapase la victoria. El profesor de Sarrià de Ter aserenó a sus pupilos y por suerte para los hispanos reapareció un Corrales que se agigantaba con intervenciones prodigiosas, 5 paradas en los 9 primeros minutos, para evitar la aproximación noruega a menos de 3 goles.
El buen hacer del portero gallego, combinado con el gran partido del pivote Rubén Marchán (6 goles) y de Álex Dujshebaev (8), permitió que España recuperase la calma con los 4 goles de renta (2622). Además, conforme iban cayendo los minutos, Noruega se iba desfondando, con el siete inicial cargadísimo de minutos y muy pocos relevos. Y Sagosen sin reaparecer, cabizbajo en la grada.
Con 4 goles arriba (27-23) se entraba en los últimos 10 minutos. España tenía el triunfo controlado, y más con el +5 que puso de rosca Álex Dujshebaev (29-24) y con la 19.ª parada de un majestuoso Corrales, los mejores del triunfo solvente de los hispanos que siguen al alza y la moral por las nubes. Su reto, nada descabellado: recuperar el oro que se les resiste desde el 2013. Esta generación lo merece. Pero antes, Dinamarca espera en semifinales.
DOS FACTORES CLAVE
Noruega pagó cara la sobrecarga de minutos y la lesión de Sagosen y España contó con el efecto Corrales