UNIVERSIDADES
Las universidades son el foco del talento, presente y futuro, y uno de los agentes de creación de empresas. En el libro, Pere Condom-vilà habla del ecosistema de Oxford-londres-cambridge, y del de Stanford y el MIT en EE.UU. Recuerda el llamado ‘fenómeno Cambridge’: en 1978, en la zona que rodea la universidad había 25 empresas basadas en la ciencia y la tecnología, con unos 2.000 empleados. A mediados de la década de 2000 había unas 3.500 empresas de alta tecnología que empleaban a unos 45.000 trabajadores. Cambridge, con menos del 0,5% de la población de Reino Unido, representa más del 5% de la I+D nacional. En el caso del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), según un estudio del Banco de Boston, si las 4.000 empresas fundadas por graduados y profesores del MIT formasen una nación independiente, los ingresos producidos por dichas empresas convertirían a esta supuesta nación en la 24º economía más grande del mundo. En el MIT, durante la primera década de 2000, se crearon 12.000 empresas y las proyecciones para la segunda década son de 18.000 empresas más. Los emprendedores son cada vez más jóvenes y la edad media ha pasado de los cuarenta años a los treinta en pocas décadas. Además, muchos de los exalumnos son emprendedores en serie, explica el profesor en el libro.
En el caso de España, el autor reconoce que “el sistema universitario del país es muy bueno, pero está un poco fatigado porque lleva muchos años con exigencias y sin recursos de todo tipo. La Universidad de Stanford tiene un presupuesto de 6.000 millones y son 16.000 estudiantes”, muy lejos de las cifras que manejan las universidades españolas. Y en cuanto a transferencia de tecnología, el MIT en 2019 invirtió 1.800 millones de dólares en I+D, con 789 invenciones, 439 patentes, 143 acuerdos de transferencia de tecnología y 25 spinoff creadas. Se genera una invención por cada 2,3 millones de dólares invertidos en I+D, una patente por cada 4 o 5 millones de dólares que se inyectan al principio del ciclo de vida de un proyecto y una spinoff por cada 75 millones de dólares en I+d.“esas ratios son habituales en las grandes universidades investigadoras”, escribe el autor de ‘Ciencia, tecnología y start-ups’.
Mientras que hay otros países y universidades con menos recursos, según el autor, donde la presión por generar patentes y crear
spinoffs es alta. Sin embargo, al estar basadas en menos inversión en investigación son, en general, de menor calidad.“se basan en resultados de investigación que no están tan cerca de la frontera del conocimiento”, afirma.