El primer debate de la campaña, organizado hoy por ‘La Vanguardia’
Los candidatos contraponen sus propuestas a partir de las 9 horas
Nueve candidatos a presidir la Generalitat contrastan hoy sus ofertas electorales en el primer debate de esta campaña. Organizado por La Vanguardia, será a las 9 horas en el Palau Macaya de Barcelona. Se podrá seguir en la web del diario y de RAC1, en la plataforma RAC+1 y por la noche en 8tv.
Nueve candidatos noveles para una presidencia de la Generalitat vacante envueltos de promesas de cambio, recambio, reconstrucción, recuperación, reencuentro… o todo lo contrario. La carrera hacia el 14-F arrancó a media tarde para cumplir con el toque de queda, con sobriedad, pantallas, mascarillas y pendientes de la Comisión Europea en su particular cherchez le vaccin. Y se despierta con el primer debate de candidatos en La Vanguardia. Primera prueba de fuego.
Pendientes todos del veredicto sobre la fecha electoral del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, que estudia desde el miércoles los escritos de los recurrentes y la Generalitat; y de las puertas de las cárceles de Lledoners y Puig de les Basses, de donde salen esta mañana Oriol Junqueras, Raül Romeva, Dolors Bassa, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull listos para hacer su primera aparición en campaña.
Pero también bajo la atenta mirada de Madrid. Con el presidente del Gobierno central, del PSOE, y el líder de la oposición, del PP, arremangándose por sus candidatos. Pedro Sánchez y Pablo Casado han encontrado un punto de consenso: no se puede gobernar España sin Catalunya. Sin los votos independentistas, el Gobierno salvó ayer en el Congreso el decreto de los fondos europeos con EH Bildu y la abstención de Vox.
ERC se bajó del carro de los socios preferentes del PSOE en Madrid hasta nuevo aviso y quiere que los focos transiten de la operación Illa al efecto Junqueras. Los republicanos aprietan los dientes confiados en recuperar fuelle tras el golpe de las últimas encuestas y que el aterrizaje del candidato socialista sea más incómodo que el sillón del Consejo de Ministros. “O los intereses partidistas del socialismo o ERC; 155 o amnistía, autodeterminación y vía amplia hacia la independencia”.
Pere Aragonès se presenta como abanderado de la reconstrucción que no deja a nadie atrás, forjador de consensos y valedor de “una patria al servicio de las personas” . “Al lado de la gente” es el lema de una campaña más coral de lo habitual. Con carteles que van desde Aragonès y Junqueras, y un largo etcétera de candidatos, Dolors Bassa y Carmen Forcadell, hasta Gabriel Rufián, portavoz en Madrid.
Pero ERC no solo quiere sustituir al PSC en la izquierda, quiere también la hegemonía del independentismo. Así que el objetivo es “poner fin a 40 años de alternancia sociovergente”. “Ni convertir la Generalitat en un despachito de la Moncloa, ni hacer incompatible el independentismo de izquierdas”, proclamó el candidato. “Ahora toca una presidencia de ERC”, es la máxima de Aragonès.
ERC no quiere elegir entre izquierda o independencia y por eso se concentra en la gobernanza y evita competir con Junts en lo que denominan “independentismo mágico”, donde sitúan a sus socios del Govern.
Laura Borràs pone en acento en el “junts per ser”, más que en el “junts per fer”, si el hacer es la gestión por la que suspira una parte de la candidatura posconvergente. La candidata juega la baza de convertirse en la primera presidenta de la Generalitat, pero su carta electoral es la “garantía de un gobierno independentista” y hacer imposibles otros pactos en el Parlament. No obstante, Borràs no quiere ceder espacios a ERC y ayer hizo acto de contrición. “No todo lo hemos hecho bien, tenemos que ser autocríticos, no se pueden repetir errores”. Ayer hubo contención en los mensajes y llamamientos a luchar “contra la resignación independentista” y ofertas de Govern con liderazgo. Con Carles Puigdemont, número uno de la lista, de telonero de Borràs “plantando cara” al Estado.
Frente al independentismo, el PSC se lanzó a la “campaña de su historia”. Es la del “basta ya de un
Govern incapaz”, según Illa. Salva, como le denomina Sánchez, invita a la sociedad catalana a un “viaje muy diferente” al de los independentistas. El proyecto de Illa para Catalunya pasa por un “acuerdo para el reencuentro”, en rehacer consensos “para avanzar en el autogobierno”, recuperar “el camino de la concordia” y “evitar la fractura social”.
El estreno del candidato buscaba solemnidad y topó con los problemas del directo matutino en su primera entrevista de campaña. El exministro soliviantó a la consellera de Salut y candidata de ERC, Alba Vergés, al garantizar, si es president, un desarrollo correcto del plan de vacunación ahora que las dosis no llegan y las previsiones no se cumplen. Luego llegaron las promesas: señaló a Maurici Lucena, actual presidente de Aena, como futuro vicepresidente económico de la Generalitat. El nombre de Lucena, que se definía hace una década como “socialdemócrata liberal”, es recurrente en las quinielas del PSC para ocupar cargos desde que en el 2015 se apartó de la política activa.
Los socialistas censuran la gestión de los gobiernos independentistas –comenzando por las áreas que controlan ERC– y quieren imponer la idea del ganador “de facto” con un goteo diario de futuros consellers. Sánchez es el primero en agitar el “todos contra Illa”. Lejos queda la improvisación de Ciudadanos tras la victoria del 2017.
Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa apelaban ayer al voto constitucionalista para evitar “otro procés”, pero los socialistas comen terreno a derecha e izquierda. Hasta Pablo Iglesias, vicepresidente de Sánchez, puso ayer en cuestión que el PSC de Illa pueda desarrollar políticas de izquierdas. Iglesias y los comunes buscan consolidar su espacio y que la aritmética parlamentaria les sea propicia. Solo un tripartito de izquierdas los situaría en el Govern, ya que descartan de antemano el acuerdo que ofrece ERC si Junts participa en él. No son los únicos que aspiran a la llave de la gobernabilidad: la CUP y el PDECAT, en el lado soberanista, y hasta el PP, con Pablo Casado jugándose el liderazgo de la derecha en Catalunya frente a Vox.
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