La rutina vuelve a la Casa Blanca
Biden prosigue su cambio tranquilo con la ampliación del acceso a la sanidad
Los ladridos de uno de los perros de la nueva primera familia de Estados Unidos se escucharon esta semana durante una de las comparecencias del presidente Joe Biden en el despacho oval. Lejos de ser una interrupción incómoda, más bien una muestra anecdótica de la –mascarillas aparte– extraña normalidad que reina actualmente en la Casa Blanca tras cuatro años instalada en el caos.
Con Biden, han vuelto rutinas olvidadas. Por ejemplo, tuits del presidente de Estados Unidos puramente institucionales. O cuidadamente espontáneos, como el que confirma su sabor de helado favorito, pero libres de insultos, ataques o falsedades. O las comparecencias diarias de la secretaria de Prensa, cuya afabilidad en el 2021 parece salida de ficciones como El ala oeste de la Casa Blanca.
La tranquilidad que quiere transmitir Biden no significa inacción. En sus primeros ocho días en la Casa Blanca ha firmado más órdenes ejecutivas, memorandos y proclamaciones presidenciales que ninguno de sus antecesores y lo ha hecho siguiendo un orden determinado de antemano para afrontar las crisis que padece el país. Como ayer, cuando firmó varias decisiones para aliviar los problemas de acceso a la sanidad, sus intervenciones se ciñen fielmente al guion. Sus comparecencias se celebran más o menos a la hora anunciada la víspera por la oficina de prensa –y no de improviso por Twitter, como ocurría con Donald Trump–, no pasan de los 30 minutos y dejan escaso margen para la improvisación, el terreno predilecto del anterior presidente, cuya locuacidad y adicción a Twitter lo convirtieron no obstante en uno de los más transparentes y accesibles de la historia.
En su primer fin de semana en la Casa Blanca, Biden desapareció de la vista del público. Solo salió de su residencia el domingo, para ir a misa en Georgetown y parar en un popular deli para comprar unos bagels para alegría de la hostelería local, olvidada por Trump. A la vuelta, se le vio jugar con sus perros, protagonistas de una larga tradición canina en la Casa Blanca que ha estado ausente los últimos cuatro años.
Una cuidada escenografía, en resumen, para transmitir lo que Biden prometió en la toma de posesión: su deseo de “rebajar la temperatura” del país. Los estadounidenses, como prometía Barack Obama en sus mítines de apoyo al demócrata, pueden dejar de preocuparse por los tuits de su presidente o “la última locura” salida de la Casa
Blanca. Las encuestas le sonríen: un 54% de los estadounidenses apoya su gestión hasta ahora, según la media de sondeos de Real Clear Politics, un porcentaje que Trump nunca alcanzó.
Sin sobresaltos, Biden ha dedicado sus primeros diez días en la Casa Blanca a adoptar medidas urgentes sobre las “cuatro crisis simultáneas” que afronta el país: la pandemia, la recesión económica, la injusticia racial y el cambio climático. En su primera semana en el cargo, ha firmado 42 decretos.
Ayer suscribió una orden que permitirá obtener un seguro a los millones de personas que se han quedado sin cobertura sanitaria por haber perdido su trabajo o no la tenían y la necesitan por la pandemia y volver a aceptar a personas con patologías médicas previas, una obligación eliminada por Trump. “Solo estoy deshaciendo el daño hecho”, comentó Biden antes de ordenar una ampliación de emergencia del plan. “Si hay un momento en que es necesario facilitar el acceso a la sanidad y extender Medicaid [el seguro de salud del gobierno para personas con bajos ingresos], es ahora, en medio de la crisis de la covid”, añadió.
La medida abre un periodo extraordinario de acceso a los seguros privados regulados del 15 de febrero al 15 de mayo, tal y como han hecho muchos estados que gestionan plataformas similares y se reclamó sin éxito que hiciera Trump. La Casa Blanca lanzará una campaña de información para llegar a posibles beneficiarios. Según un estudio de la fundación Kaiser Family, hay cuatro millones de personas que tendrían derecho a un seguro de bajo coste sin copagos y casi cinco millones más que podrían recibir ayudas.
Más allá de esta medida urgente, Biden se ha comprometido a ampliar la cobertura de la ley de Atención Médica Accesible (ACA, siglas en inglés), conocido como Obamacare, para mejorar el acceso a la atención sanitaria, una iniciativa popular incluso en estados republicanos contra la que Trump batalló
EL PRESIDENTE TRANQUILO
Con el demócrata han vuelto los hábitos: tuits institucionales, ruedas de prensa afables...
PRIMEROS 10 DÍAS
A pesar de la calma del mandatario, ha firmado una cifra récord de decisiones
EMERGENCIA SANITARIA EE.UU.
reabre el mercado de salud pública para llegar a los afectados por la covid
POPULARIDAD
Las encuestas sonríen al presidente: un 54% de los ciudadanos apoya su gestión hasta ahora