La Vanguardia

La probable victoria de la izquierda en Ecuador, primer test para Biden

Las tensiones geopolític­as entre China y EE.UU. irrumpen en las elecciones

- ANDY ROBINSON

La primera prueba latinoamer­icana para la nueva Administra­ción demócrata de Joe Biden tal vez no sea ni Venezuela ni Cuba, sino Ecuador. En estos momentos, el candidato de izquierdas, el joven economista Andrés Arauz, lidera las encuestas a diez días de la primera vuelta de las elecciones presidenci­ales, el próximo 7 de febrero.

Tras la elección de Luis Arce como presidente de Bolivia en octubre, una victoria de Arauz, de 33 años, exministro del gobierno de Rafael Correa, supondría la reconstruc­ción parcial del bloque de izquierdas que hace dos décadas desafió la histórica hegemonía de EE.UU. en la región.

Arauz rechaza casi todas las políticas pactadas entre la Administra­ción Trump y el actual presidente Lenin Moreno, exvicepres­idente de Correa que dio un giro de 180 grados para acercarse a Washington tras ganar las presidenci­ales de febrero del 2017.

Estos pactos incluyen un duro programa de ajuste del Fondo Monetario Internacio­nal que desató en el otoño del 2019 batallas campales en Quito entre campesinos indígenas y la policía, medidas contra la presencia de China en la economía y reformas promercado y privatizac­iones.

Moreno, que se encuentra esta semana en Washington, dio luz verde también a la utilizació­n por militares estadounid­enses del aeropuerto de las islas Galápagos y pactó con Washington la expulsión del fundador de Wikileaks, Julian Assange, de la embajada ecuatorian­a en Londres con el objeto de facilitar su extradició­n a EE.UU.

El líder conservado­r y exejecutiv­o de Coca-cola, Guillermo Lasso, el único de los 16 candidala tos presidenci­ales que puede evitar una victoria de Arauz en la primera vuelta, mantendría muchas de estas medidas. Pero Arauz pretende recuperar un programa de desarrollo dirigido por un fuerte Estado soberano así como ayudar a reconstrui­r el bloque regional Unasur, que excluye a EE.UU. Defiende también mantener estrechos lazos económicos con China.

La Administra­ción de Donald Trump ya realizó una suerte de injerencia en la campaña electoral en enero al acordar con Moreno un préstamo de 3.500 millones de dólares de la Corporació­n para la Financiaci­ón del Desarrollo (DFC), un vehículo financiero y geopolític­o creado a órdenes de Trump en el 2018 con el fin explícito de plantar cara a China en América Latina. A cambio, se exige que Ecuador corte los lazos económicos con Pekín.

Según documentos sobre el acuerdo consultado­s por La Vanguardia, los préstamos están condiciona­dos a la entrada de inversione­s privadas en empresas publicas en sectores como petróleo, electricid­ad, transporte y telecomuni­caciones. Otra condición es que Ecuador boicotee la compañía de telecomuni­caciones china Huawei para la construcci­ón de su red de 5G.

La relación con China es un asunto crítico para Ecuador, que, con una deuda de casi 50.000 millones de euros, atraviesa una peligrosa crisis de solvencia. Fiel a agenda de Washington, Moreno ha sustituido la financiaci­ón china por un draconiano programa de ajuste del FMI.

Cuando Correa declaró una moratoria sobre la deuda ecuatorian­a en el 2008, pidió líneas de crédito a China para evitar recurrir al FMI. La ayuda china facilitó una recuperaci­ón espectacul­ar y una modernizac­ión de las infraestru­cturas ecuatorian­as. Pero el colapso del precio de las materias primas en el 2014 disparó el precio de la deuda pública. Arauz rechaza el plan de austeridad del FMI y apoya captar fondos de China y otros países.

La reacción de Biden es difícil de prever. La nueva Administra­ción mantiene un discurso agresivo contra China. Según el ex consejero delegado de la Corporació­n, Adam Boehler, citado en el Financial Times hace dos semanas, el equipo latinoamer­icano de Biden apoya el programa anti-china en Ecuador.

“El acuerdo con el DFC tiene más que ver con un objetivo de política exterior de EE.UU. que con la financiaci­ón del desarrollo”, dijo Rafael Correa, exiliado en Bruselas después de una politizada campaña judicial contra él y otros miembros de su gobierno. “Es probable que la Administra­ción de Biden mantenga una política exterior similar”, explicó en una entrevista por Skype.

Sin embargo, expertos consultado­s en EE.UU. dudan de que la Administra­ción Biden implemente un programa tan agresivo contra la presencia de China. “La Administra­ción de Biden tiene una visión distinta de la política exterior en América Latina... son consciente­s de que después de la peor pandemia con impacto económico muy superior a otras regiones del mundo, América Latina necesita mantener relaciones económicas con China”, dice Kevin Gallagher, director del Centro de Política de Desarrollo Global de la Universida­d de Boston.

Un indicio de que Biden quiere dar marcha atrás fue el anuncio esta semana de que Boehler ha sido destituido. Correa coincide en que tras un hipotético triunfo de Arauz no tiene por qué “haber intentos de desestabil­ización”, dijo.

Arauz espera que Biden se sume a los gobiernos europeos que respaldan un nuevo plan para inyectar hasta dos billones de dólares en las economías en desarrollo –entre ellas, Ecuador– desde el FMI para combatir el impacto de la pandemia. Este proyecto “podría ser una gran oportunida­d para empezar un diálogo con EE.UU.”, dijo Arauz en una conversaci­ón por teléfono.

La presencia china en la economía ha sido el gran punto de fricción entre Quito y Washington

 ?? RODRIGO BUENDIA / AFP ?? Andrés Arauz, candidato de la Unión por la Esperanza, el partido de la izquierda ecuatorian­a
RODRIGO BUENDIA / AFP Andrés Arauz, candidato de la Unión por la Esperanza, el partido de la izquierda ecuatorian­a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain