Arranca la misión de la OMS en China para dar con el origen del coronavirus
El equipo busca el “paciente cero” o el tipo de animal que propagó el patógeno
Tras dos semanas de cuarentena, el mismo tiempo que China exige a todos los llegados del exterior, los 14 expertos de la misión internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentes en Wuhan comenzaron ayer los trabajos de campo para intentar resolver el mayor enigma actual: cuándo, cómo y dónde se originó el coronavirus que ya ha matado a más de dos millones de personas en todo el mundo.
En estos días de encierro los científicos han podido celebrar varias videoconferencias con sus colegas chinos. El virólogo estadounidense Peter Daszak reveló esta semana que en esos encuentros les han proporcionado información desconocida hasta ahora. “Nadie se ha vuelto loco y hemos sido muy productivos”, tuiteó al concluir su aislamiento.
Aunque no se conoce con exactitud su itinerario ni con quién les permitirán entrevistarse durante las próximas dos semanas, se da por descontado que visitarán el mercado de Huanan. En esta lonja, en la que se vendían animales salvajes en pésimas condiciones sanitarias y que hoy permanece clausurada, se detectaron la mayoría de los primeros casos de lo que por entonces era una misteriosa “neumonía atípica”. Aunque en un principio fue señalada como el lugar donde se originó el coronavirus, aún no se sabe si eso es cierto o solo tuvo un papel importante propagando el patógeno.
También parece claro que visitarán hospitales de la ciudad, donde podrán tener acceso a historiales médicos y analizar las muestras de sangre almacenadas de forma rutinaria antes del brote, con lo que pretenden averiguar si el patógeno ya circulaba antes de ser detectado. Finalmente, está por ver si acceden al Instituto de Virología de Wuhan, un centro al que la Administración Trump acusó, sin prueba alguna, de ser el lugar del que el coronavirus pudo escapar, algo que la comunidad científica niega. De lo que vayan averiguando sobre la marcha dependerán sus siguientes pasos. “El objetivo es rastrear los contactos y las actividades de los primeros casos conocidos y seguir sus pistas. Si eso nos lleva al laboratorio, empezaremos a investigarlo. Si nos lleva a otras partes de China, o incluso a otros países, allí iremos”, aseguró Peter Daszak al diario South China Morning Post.
Pese a las altas expectativas, la misión comienza arrastrando pesados lastres. Por un lado, las dificultades técnicas para hallar evidencias concluyentes un año después de que se registrara el brote. Desde
Se desconoce aún si los científicos podrán acceder al laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan
la propia OMS ya advierten de que pueden necesitar varios intentos para dar con el “paciente cero” o el animal intermedio que propició que el virus pasara de un murciélago a los humanos. Por otro, está la batalla geopolítica, con Pekín y Washington como principales adversarios. Desde un inicio, China se mostró reacia a permitir una investigación internacional en su territorio y fueron necesarios meses de negociaciones. Además, cuando el equipo estaba listo para emprender su viaje, hubo retrasos con los visados, lo que provocó agrias críticas de la OMS, acusada previamente por EE.UU. de ser complaciente con el gigante asiático.