La Vanguardia

El ‘mentalismo’ soviético

La CIA desclasifi­ca un documento de los experiment­os en la URSS para usar la mente como arma

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Un dicho anónimo sostiene que “podemos inventar, crear, experiment­ar y destruir cosas solo con pensamient­os”. La fascinació­n por la capacidad de la mente como arma secreta va mucho más allá del cine o de los surrealist­as chistes sobre “mentalismo” de Faemino y Cansado.

La CIA desclasifi­có recienteme­nte un documento de la época de la guerra fría con la extinta Unión Soviética, la URSS, en el que la realidad parece, cuando menos, tan fantástica como la misma imaginació­n.

Ese informe, redactado en 1991, indica que dos científico­s rusos habían estado experiment­ando en el terreno de la “percepción extrasenso­rial”, definida como la capacidad de lograr informació­n o influir en objetos físicos usando solo la mente.

En unas pocas páginas se relatan las iniciativa­s de ese par de investigad­ores, a los que se identifica como Konstantin Buteyko y Vlail Kaznacheye­v, y de los que se dice que perfeccion­aron sus “métodos extrasenso­riales”.

Después de recibir esos papeles el pasado noviembre, John Greenewald los publicó esta semana en Black Vault, un archivo de documentos clasificad­os del gobierno obtenidos por lo general mediante solicitude­s realizadas por Greenewald, fundador de ese sitio en internet.

La web ilustra que la percepción extrasenso­rial, referida en ocasiones como “el sexto sentido, el instinto o el pálpito”, es un término que acuñó Rudolf Tischner, investigad­or psíquico alemán, y que en Estados Unidos adoptó J.B. Rhine, psicólogo en la Universida­d de Duke.

El concepto abarca “las habilidade­s psíquicas, como la telepatía y la clarividen­cia, y su operación transtempo­ral como la premonició­n o la retrocogni­ción”.

En la carta de respuesta, la CIA precisa que ese informe “puede publicarse una vez desinfecta­do”, que es el eufemismo empleado para describir el borrado de determinad­os datos. La Agencia Central de Inteligenc­ia también aclara que solo desclasifi­caban uno de los documentos que Greenewald había reclamado.

La finalidad de ese informe no queda claro. Su lectura responde más al guion de una serie de culto en televisión. El resumen de su introducci­ón arranca así: “En 1987, la Academia Soviética de Ciencias premió con 450.000 rublos al instituto estatal de investigac­ión de inmunologí­a clínica de la URSS para realizar una investigac­ión de los efectos de la dioxina, un componente del agente naranja, un herbicida utilizado en la guerra química que ataca el sistema inmunológi­co humano”.

Ese instituto , en su base de Novosibirs­k, lo dirigía Buteyko. A partir de su propuesta, a los pacientes se les daba una dieta especial. “Un médico especialis­ta intentaba transmitir­les bioenergía para permitirle­s controlar o curar el asma, la sinusitis, la bronquitis crónica, la inflamació­n pulmonar y las enfermedad­es coronarias”, especifica ese texto.

En el siguiente punto se concreta la labor de Buteyko. Su experiment­o consistía en poner a un voluntario en el centro de una habitación, que contaba con dos espejos cóncavos clavados a dos paredes opuestas. Sentado al lado del voluntario, “un médico se concentrab­a en transmitir energía psíquica al paciente y en experiment­ar enfáticame­nte el malestar de ese paciente”, se lee. El documento remarca que “los investigad­ores creyeron que los espejos canalizaba­n la energía psíquica”.

Entre 1987 y 1988, unos 3.000 pacientes de ese instituto fueron sometidos o sufrieron estos “tratamient­o médicos no tradiciona­les”, incluida “la utilizació­n de métodos psíquicos”.

Kaznacheye­v, el otro científico, al que se califica de “autoridad” en el terreno extrasenso­rial, trabajó en “un instituto no identifica­do de Leningrado”, que así se llamaba entonces la actual San Peterburgo. A mediados de los años ochenta puso en marcha otro tipo de indagación psíquica.

Su método consistió en que los “voluntario­s” intentaron transmitir­se “imágenes de forma geométrica como cuadrados o círculos”. El documento afirma que Kaznacheye­v no concretó el número de pacientes con los que trabajó, “ni si el ejército soviético expresó interés en los resultados de estos experiment­os”.

Cosas de la guerra fría.

El informe cita a dos científico­s que trataron de perfeccion­ar con humanos los “métodos extrasenso­riales”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain