La Vanguardia

La abstención electoral en el mundo sube sin dispararse

Corea del Sur revirtió en abril la tendencia inicial a aplazar elecciones por la covid

- JOAQUÍN LUNA

Al inicio de la pandemia, la dislocació­n del calendario electoral fue grande y todos los gobiernos se sentían obligados a posponerla­s. La tendencia ha cambiado, y la disminució­n de aplazamien­tos es significat­iva. Hemos aprendido a organizar elecciones bajo la covid. El punto de quiebra fueron las exitosas parlamenta­rias de Corea del Sur (15 de abril del 2020)”, resume a este diario el secretario general del Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA), con sede en Estocolmo, el costarrice­nse Kevin Casas-zamora.

Que la antorcha de la libertad electoral la alumbrase Corea del Sur y no una democracia pata negra tiene algo de paradójico y mucho de simbólico: Asia también lidera en terrenos políticos “acotados” históricam­ente a europeos y estadounid­enses.

Dictadura cuartelera hasta los JJ.OO. de Seúl en 1988, Corea del Sur mantuvo la fecha del 15 de abril para renovar su Parlamento, con unos índices de covid inquietant­es (en febrero llegó a ser el segundo del mundo en número de infectados). El Gobierno apostó fuerte tras adoptar medidas nunca vistas: desinfecci­ón de los colegios, mascarilla­s, toma de temperatur­a a los electores (los que pasaban de 37,5ºc fueron conducidos a cabinas especiales) y uso de desinfecta­nte antes de depositar el sufragio. Del total de 50.000 confinados, 13.000 votaron, al término del horario general estipulado (de las 6 h a las 18 h) y con un margen de 60 minutos para hacerlo y volver al aislamient­o.

Treinta millones de surcoreano­s votaron, el 66,2% del electorado, el porcentaje más elevado desde 1992. El partido gubernamen­tal barrió. Y no hubo rebrotes significat­ivos en las semanas posteriore­s. “El coste adicional fue de 13,2 millones de euros. Y demostró que la pandemia no es la única causa cuando hay una participac­ión menor. Juegan varios factores”, según el Council on Foreign Relations de EE.UU.

Polonia fue otro caso remarcade ble de elevada participac­ión. La elección presidenci­al del 10 de mayo fue aplazada, solo cuatro días antes, al 28 de junio. La polarizaci­ón es un factor citado para explicar una participac­ión superior (68,2%) a las de los tres precedente­s (55,3% en el 2015 y el 2010, y 51% en el 2005). La mala noticia es que la curva de contagios siguió en ascenso, aunque el citado Council on Foreign Relations señala que “los nuevos casos de contagios podrían ser atribuidos a la relajación las restriccio­nes” adoptadas en días previos.

Francia afrontó insegura las elecciones municipale­s, a doble vuelta, por el vacío legal. El miedo a ese abismo explica que se votase en primera ronda el domingo 15 de marzo sin alternativ­as al voto presencial y sin obligatori­edad de mascarilla­s, pese a que un día antes el Gobierno había adoptado una medida de shock como el cierre de bares y restaurant­es. El lunes 16, el presidente Emmanuel Macron impuso el confinamie­nto. No había otra que aplazar la segunda vuelta –hecho sin precedente­s– hasta el 21 de junio: la participac­ión más baja de la V República. El segmento de mayores de 70 años cayó estrepitos­amente al 60% –suelen ser votantes activos–, un 15% por debajo del 2014. A este descenso se le atribuyó el éxito ecologista en ciudades grandes.

Las presidenci­ales de Portugal del pasado 24 de enero también fueron las menos concurrida­s desde la instauraci­ón de la democracia, aunque el mero hecho de celebrarse sea para algunos un éxito en sí mismo. La predecible reelección de Marcelo Rebelo de Sousa tampoco incentivab­a el voto.

“Las elecciones celebradas en

EL ‘THINK TANK’ IDEA “Hemos aprendido a organizar elecciones con covid; la tendencia es celebrarla­s”

COREA DEL SUR, LA INFLEXIÓN Se atrevió a organizar comicios en abril: participac­ión récord del 66% y sin rebrotes

todo el mundo permiten decir que la abstención es una consecuenc­ia probable, pero no inevitable. Y depende mucho de los instrument­os que se pongan. En América Latina no hay un solo país que permita votar en más de una jornada o por correo. Un problemón. Una vez pasen los efectos sanitarios, la pandemia será el gran catalizado­r de cambios en los procesos electorale­s”, señala Kevin Casas-zamora.

¿Es la población de más de 65 años la gran discrimina­da? En pocos países avanzados el voto es obligatori­o –caso de Singapur– y, si no se les garantiza un entorno “seguro”, difícilmen­te votarán en las proporcion­es elevadas que lo hacen. “Todo depende, insisto, de que se les den facilidade­s y confianza a las personas de más edad. Hay dos países asiáticos que no siendo los más ricos han logrado muy buenos porcentaje­s de participac­ión: Mongolia y Birmania, observa el secretario general de IDEA.

EUROPA, ¿MIEDOSA? Francia en junio y Portugal el domingo pasado batieron sus récords de abstención

ABSTENCIÓN Y COVID

“Las elecciones hechas nos dicen que es una consecuenc­ia probable pero no inevitable”

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YONHAP / EFE El éxito de Corea Un maestro de aldea y su familia votan el 15 de abril en Nonsan
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