La Vanguardia

El Barça gana provocando infartos

Los blaugrana siguen líderes tras derrotar al Olympiacos

- LUIS BUXERES

Había que tener un corazón fuerte y sano para sobrevivir al espectácul­o que ofrecieron ayer Olympiacos y Barça en El Pireo. Da igual la bufanda que uno llevara al cuello, el duelo fue precioso y emocionant­e (incluso demasiado, si eso cabe) hasta el bocinazo final, apenas una milésima antes de que Printezis palmeara a canasta y obligara a los árbitros a consultar la televisión. Esos dos puntos hubieran supuesto la prórroga pero el griego soltó el balón después de que acabara el tiempo. La victoria, la más sufrida del curso (de largo), se la llevó el Barça de vuelta a casa. Un resultado que le consolida en el liderato de la Euroliga y le permite desquitars­e un tanto de la derrota frente a los griegos en el Palau.

Merece la pena detenerse en el tramo final del partido, en el que lo más recomendab­le hubiera sido cerrar los ojos y desconecta­r la mente para evitar subidas y bajadas de tensión e impedir que los corazones envejecier­an de golpe bastante más de la cuenta. Olympiacos entró en el último minuto con dos puntos de ventaja pero dos tiros libres de Mirotic igualaron el marcador (74-74). Quedaban dos posesiones, una por equipo. Ya puestos a sufrir, fue el momento de preparar las palomitas. Calathes le robó el balón a Sloukas y Higgins forzó dos tiros libres. Una falta que no agradó nada a Bartzokas, técnico local y ex del Barça, que recibió una técnica por aplaudir a los árbitros. Era la segunda y, por tanto, se fue expulsado y jurando en arameo –por muy reprobable que fuera su actitud, resulta casi imposible imaginar a los árbitros expulsándo­le con el pabellón de la Paz y de la Amistad lleno a reventar–. Pero no había público en las gradas. Mirotic erró el tiro libre de la técnica pero Higgins no falló y situó el 74-76 a 6,3 segundos para el final. Los electrocar­diogramas se multiplica­ron en esa última posesión. El eterno Spanoulis falló un triple pero... primero Hassan, después Sloukas y, finalmente, Printezis fueron capaces de recoger el rebote y palmear bajo canasta. Solo el último consiguió anotar por fortuna para el Barça, ya que lo hizo fuera de tiempo.

Fue un partido algo extraño el del Barça, dominante en la primera parte, en la que rondó casi siempre los diez puntos de ventaja (6-18 fue su máxima, minuto 7) con un acertado Oriola. Pero como sucedió ante el Zenit, volvió a bloquearse, esta vez en el tercer cuarto, en el que apenas anotó 10 puntos ante la pegajosa defensa griega. De hecho, encajó un 12-0 en cinco minutos en los que no encontró la red ni una sola vez. Pero encajado el golpe, se repuso con un Calathes extramotiv­ado y un luchador Davies, y propició ese emocionant­e final. El líder también sabe sufrir, queda claro.

EL ‘INSTANT REVIEW’, DECISIVO El equipo de Bartzokas tuvo hasta tres intentos en dos segundos para forzar la prórroga

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GEORGIA PANAGOPOUL­OU / EFE Davies (Barça) intenta anotar ante Martin (Olympiacos)

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