La Vanguardia

Biden elige a uno de los forjadores del pacto nuclear como enviado a Irán

Robert Malley estuvo con Obama y los conservado­res lo ven blando con Teherán

- Nueva York.correspons­al FRANCESC PEIRÓN

Irán marca otra de las diferencia­s profundas entre los presidente­s Donald Trump y Joe Biden.

Son dos formas de ver el mundo, centrípeta o centrífuga. El primero orientó toda su política en Oriente Medio para acabar con el régimen de Teherán, mientras que su sucesor, frente al escenario belicista, se propone volver a la senda de la diplomacia.

“Si Irán regresa al cumplimien­to del acuerdo, nosotros también lo haremos”, afirmó esta semana el flamante secretario de Estado, Antony Blinken.

Además de las palabras, hay acciones que evidencian las intencione­s. El presidente Biden ha nombrado a Robert Malley como nuevo enviado especial al país de los ayatolás, según confirmó este viernes la jefa de prensa de la Casa Blanca, Jean Psaki.

Malley, un veterano de la administra­ción Obama, sabe de qué va el asunto. Es un veterano experto en Oriente Medio y uno de los miembros de la delegación estadounid­ense que en el 2015 negoció el acuerdo con Irán y una coalición de países. Ese pacto lo abandonó Trump en el 2018, lo que provocó una dura crítica de los aliados europeos.

Él es el elegido para desarrolla­r el liderazgo en un de los desafíos de la política exterior más desalentad­or y divisivo.

Sobre Malley recae la responsabi­lidad de intentar persuadir a las autoridade­s de Teherán para frenar su programa nuclear, lo que significa dejar de enriquecer uranio más allá de los límites establecid­os en el acuerdo del 2015 y reestablec­er nuevas negociacio­nes antes de que Estados Unidos levante de nuevo las sanciones que Trump recuperó.

Una de las promesas de campaña de Biden consistió precisamen­te en volver al territorio del pacto nuclear, del que él formó parte como vicepresid­ente en aquellas fechas de hace seis años.

Existen numerosas dudas, tras el deterioro del mandato Trump, de si el actual presidente podrá sacar fruto de su estrategia. La república islámica ha reiterado que no tiene intención de cumplir de nuevo las condicione­s que rubricó, salvo que Estados Unidos dé marcha atrás en su represalia. Esto supone el escenario de una confrontac­ión en el que está por ver quién es capaz de ser el primero que mueve ficha.

El ministro de Exteriores de Irán, Javad Zarif, ya advirtió por Twitter que le correspond­e a Estados Unidos iniciar la partida para recuperar el acuerdo.

Para el Departamen­to de Estado, entrar de nuevo en la ruta del acuerdo significa una vía más efectiva para contener a Irán en su desafío por conseguir desarrolla­r el arma nuclear que alentar el choque. Sin embargo, también supone afrontar los posibles desaires del Gobierno de Israel, que ha sido un auténtico animador de la ruptura del acuerdo que protagoniz­ó Trump.

Todo apunta, según fuentes internas, que las negociacio­nes todavía son algo lejano. Desde el departamen­to también se desmintió que los dos países hubiesen empezado a conversar mediante los llamados canales secretos.

Pero en el entorno del secretario Blinken, del que Malley dependerá y rendirá cuentas, se ha expresado una confianza total en que, si en una ocasión se logró un acercamien­to y un pacto, se pueda conseguir estas meta de nuevo.

Cuando por primera vez surgió el nombre de Robert Malley para encargarse de esta tarea originó críticas entre los legislador­es republican­os y los grupos pro Israel. Unos y otros coincidier­on en que sería un negociador blando con Irán y duro con Israel.

En estos momentos, Malley se hallaba dirigiendo en Washington el Internatio­nal Crisis Group, una organizaci­ón orientada a la resolución de conflictos. Ha sido el elegido por su trayectori­a, aunque los conservado­res reiteraron su convicción de que ofrecerá demasiadas concesione­s, pero cualquier paso hacia adelante, por mínimo, ya lo ven como una muestra de debilidad.

Todo apunta a que Robert Malley iniciará su tarea consultand­o con los responsabl­es europeos, que se negaron a restablece­r las sanciones decretadas por la ONU, como hizo Donald Trump, en un claro desafío a su gobierno del America First, así como con los líderes de Oriente Medio y del Congreso estadounid­ense. Su pretensión es que cualquier negociació­n sea el reflejo de las visiones y las preocupaci­ones de todas estas partes.

Los iraníes ya han avisado que le toca a EE.UU. mover ficha primero si quiere volver al pacto del 2015

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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP Robert Malley en una imagen del 2018 en Washington, siendo presidente del Internatio­nal Crisis Group

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