Lydia Bosch vuelve a la tele con “fuerza para encarar lo que la vida me traiga”
La actriz catalana ha regresado a televisión como forense en la serie ‘Servir y proteger’
La radiante sonrisa de Lydia Bosch está de vuelta para alegría de todos aquellos que se enamoraron de la novia de España que fue su Alicia de Médico de familia. La actriz, que cumplió 57 años el pasado noviembre, se ha incorporado a la quinta temporada de la serie Servir y proteger de TVE, en colaboración con Plano a Plano. Un regreso que también ha propiciado el reencuentro “emocionante y divertido” en pantalla con Luisa Martín y Antonio Valero, 21 años después de aquella familia que enamoró a todo un país. Bosch aparece en seis episodios y pronto rodará algunos más.
La incorporación de la forense Mabel Cervera, exmujer del inspector jefe Tomás Salgado (Antonio Valero), ha sido un reencuentro con buenos amigos, pero, además, también su hija mayor, Andrea Molina (28), se estrena en Servir y
proteger, aunque no coinciden en pantalla. “Es su primer proyecto de televisión y estoy feliz. También lo estaría si hubiese elegido dedicarse a otra cosa. Pero ha escogido esta profesión maravillosa, aunque dura”, explica Bosch a La Vanguardia.
La actriz ya no se esconde tras la gorra de pana marrón y enorme visera que compró cuando el éxito le sorprendió como azafata del 1, 2, 3. Sigue siendo tímida, pero también “más madura y estoy con los brazos abiertos para que la vida me traiga lo que tenga que traerme. Si es malo, tener fuerza para enfrentarme y superarlo; si es bueno, la capacidad de vivirlo con plenitud”.
El 2019 le trajo el rodaje de
Servir y proteger y también un carcinoma basal en el rostro. Se encuentra bien por que era de crecimiento lento y se pudo controlar, pero asegura que no quiere ser carne mediática por ello “cuando lo dije, se fue de las manos; lo que yo pretendía era concienciar de la importancia de hacerse revisiones periódicas de la piel, igual que hacemos con el dentista o el ginecólogo...”. Ha sido un año de claroscuros en que, como todos, ha llevado mal “no poder abrazar, yo necesito tocar y soy muy besucona”. En la primera parte del confinamiento estaba muy preocupada por su madre, que tiene 91 años. “Ella estaba en Barcelona, pero cuando pude la fui a buscar y ya vive conmigo en Madrid. A nivel emocional eso me ha tranquilizado mucho”. Junto con su madre, tiene a sus dos mellizos, Juan y Ana, de 17 años, que también apuntan para artistas. Bosch explica que “he intentado transmitirles la máxima de que todo lo que sucede conviene. Que tomen conciencia de que han de ser solidarios, respetuosos y responsabilizarse de hacer su pequeña parcela bien. Que si no se puede salir no se puede salir, que no puedes quitarte la mascarilla... Y claro, sigo luchando, como todas las madres por el tema de los móviles, que es terrible. Pero soy muy afortunada con mis tres hijos”.
Del tiempo que ha estado apartada de la interpretación explica que “si la vida te trae un periodo de descanso es porque te está hablando.
Porque lo necesitas para ocuparte y hacer otras cosas necesarias para tu evolución. Si te machacas mucho porque no te llaman para un papel, te puedes hacer mucho daño. Y ahora, si la vida quiere que vuelva a retomar con más fuerza mi profesión yo estoy encantada, lo estoy deseando.”
Lydia Bosch está en un momento en que “la edad te da perspectiva, vas perdiendo vergüenza. Cuando eres más joven la propia inconsciencia hace que te tires como un kamikaze, luego te estabilizas y te vienen los miedos otra vez, pero estoy en un momento en que he decidido dejar de tener miedo y si quiero hacer algo, lo voy a hacer. Todos tenemos inseguridades provocadas por circunstancias vividas, pero ya llevo unos años ocupándome de ellas y estoy avanzando mucho”.
Ha pasado momentos complicados en su vida personal, con dos rupturas sentimentales dolorosas, de Micky Molina y Alberto Martín. Pero en su papel de forense es una mujer decidida que mantiene una estupenda relación con su ex. ¿Cuando una relación está rota está rota para siempre? “Depende de las circunstancias que hayas vivido con esa persona, hay relaciones que quedan rotas para siempre y hay muchas parejas que consiguen tener una relación tan sana como la que tienen Mabel y Tomás”.
Como cuando era una niña, Lydia Bosch sigue buscando formas y dibujos en las nubes, en las vetas del suelo, en los troncos de los árboles... “Me fijo mucho y a veces veo respuestas, no sé si son imaginación o no pero a mí me sirven”. Quiere volver a retomar sus clases de pintura que empezó hace dos años, y está a punto de cerrar un nuevo proyecto para la pequeña pantalla.
“Disfrutaré tanto o más que el público viéndome”, asegura. Porque su sonrisa ha vuelto para quedarse.
“Todo lo que sucede conviene” es el lema que la intérprete transmite a sus tres hijos; la mayor, Andrea, sigue sus pasos