La parsimonia municipal exaspera al Sant Pau
Los propietarios de la finca que acoge el gimnasio social también están inquietos ante la lentitud de las negociaciones
La parsimonia del gobierno de la alcaldesa Ada Colau está exasperando al gimnasio social Sant Pau. Tic tac, tic tac... Los cooperativistas del Raval temen que el Ayuntamiento de Barcelona malgaste la prórroga de tres meses que supuso el aplazamiento de su desahucio, en principio previsto para el 20 de enero, del mismo modo que malgastó los tres años de prolongación del contrato de alquiler al cual accedió la propiedad con la condición de que los empleara para hallar un emplazamiento alternativo. Tic tac, tic tac... La propiedad del inmueble también se muestra inquieta ante la lentitud de las negociaciones. La sucesión de encuentros no es muy fluida.
El último rizo del rizo fue el desaire del Ayuntamiento a la juez que tramita el lanzamiento de una entidad solidaria que durante la pandemia ya facilitó más de 40.000 duchas y mudas y repartió unas 30.000 comidas. Los servicios sociales municipales contrataron al Sant Pau para reforzar el sistema asistencial de la ciudad en esos difíciles momentos. La magistrada está tratando que la ejecución del lanzamiento ya dictado interfiera lo menos posible con el funcionamiento de estas prestaciones, y hace pocos días preguntó al Consistorio cuánto tiempo necesitaría para llevarlas a cabo en otro emplazamiento. “No realizamos informes sobre locales comerciales”. Esta respuesta sulfuró a los cooperativistas.
Los del Sant Pau entienden que el Ayuntamiento no está conduciendo estas negociaciones con la suficiente seriedad, y que quizás la alcaldesa Colau debería capitanearlas. El edil de Ciutat Vella, el común Jordi Rabassa, se acercó ayer al
Sant Pau para apaciguar los ánimos. Los cooperativistas aceptaron sus disculpas. Fuentes municipales señalaron que el Ayuntamiento ya trata de subsanar el desaire a la juez y que sigue trabajando para encontrar una solución. “El Ayuntamiento está dispuesto. Pero la propiedad ha de revisar sus posicionamientos”.
Y la propiedad espera más concreción del Ayuntamiento. Ellos planeaban recuperar su finca y desarrollar una promoción de pisos. Ahora se avienen a considerar otras posibilidades, si el Ayuntamiento se implica de verdad y las materializa. Entretanto las fuerzas de la oposición están agazapadas. Creen que el Consistorio ha de acordar con la propiedad la comprar de la finca, tal y como lo aprobó el pleno hace años, garantizar el futuro del Sant Pau y construir encima vivienda social. ERC y Jxcat hasta abogan por la expropiación, sino hay otro modo. El problema no es cuánto vale este gimnasio sino cuánto podría valer con docenas de pisos encima.