El contrato de AZ prevé que sus fábricas en el Reino Unido den vacunas a la UE
Oculta datos, pero un error permite descubrir que se pagarán 870 millones
Después de semanas de discusión que han derivado en enfrentamiento abierto durante los últimos días, la presión de Bruselas ha forzado a Astrazeneca a publicar el contrato firmado entre las dos partes para el suministro de unas vacunas que van a tardar en llegar mucho más de lo previsto. La publicación del contrato se presenta como un ejercicio de transparencia, y lo es, pero parcial, dado que ha aparecido con buena parte del contenido tachado por razones de confidencialidad. Del total de tachados, un 95% es a petición de la empresa, según fuentes europeas.
Entre los elementos suprimidos están tanto los precios de la vacuna como los plazos de las entregas. El retraso en este calendario es el que ha provocado la irritación de Bruselas que, vista la falta de explicaciones convincentes de la empresa, teme que se estén desviando dosis que correspondían a la Unión Europea, y muy en concreto al Reino Unido. Aunque los números siguen siendo oficialmente confidenciales, fuentes europeas mantienen que Astrazeneca solo va a suministrar un 25% de las dosis comprometidas en el primer semestre.
En cambio, un error de la Comisión Europa ha permitido descubrir un dato que se quería ocultar, que el coste estimado de tota la operación asciende a 870 millones de euros por la compra de los 300 millones de dosis que la Unión Europea se ha reservado. Aparte quedaría el pago de los 100 millones de dosis que Bruselas tiene la opción de adquirir en una etapa posterior. Lo recoge el artículo 7 del acuerdo, una cifra que no es visible en el texto publicado, pero a la que se puede acceder manipulando el documento. Lo descubrió Der Spiegel, y aunque la Comisión substituyó el texto corrigiendo el agujero, ya era tarde.
También ha permitido saber que este precio cubre todos los costes directos e indirectos que se derivarán para Astrazeneca de la producción de la vacuna, desde materia, controles de calidad, impuestos, tasas aduaneras, gastos administrativos y almacenamiento.
Muchos datos ocultos, otros destapados por error y alguno publicado que aclara algunas cosas, básicamente refuerza dos de los argumentos esgrimidos por la Unión Europa: que los centros de producción de Astrazeneca situados en el Reino Unido están incluidos entre los que fabrican para Europa, y que no hay prioridad para el suministro al Reino Unido.
En el artículo 5.4 se indica que Astrazeneca utilizará la producción de las plantas situadas en la Unión Europa, y que, para este objetivo preciso, se incluye también al Reino Unido. Más adelante, se especifica que dos de las plantas de producción están en territorio británico. Esto avala la posición europea de que las dosis que se produzcan en estas fábricas deben ir a la Unión Europea.
El argumento que da Astrazeneca es que firmó tres meses antes el contrato con el Reino Unido, por lo que está obligada a facilitarle las dosis con preferencia. Algo que Bruselas niega de forma rotunda. “Rechazamos el principio de primer llegado, primer servido, puede aplicarse en la carnicería del barrio, pero no en el contrato”, dijo esta semana la comisaria de Salud, Stella Kyriakides.
En esta línea, el contrato señala que Astrazeneca se compromete a hacer los “Mejores Esfuerzos Razonables”, para disponer de las capacidades para fabricar las dosis garantizadas, y se define este concepto comparándolo con lo que haría otra compañía similar en parecidas circunstancias. Esta definición viene complementada por el punto 13.1e, donde se declara que la empresa no está sometida a otros contratos que le impidan llevar a cabo esta obligación. Se dice textualmente que Astrazeneca “no tiene ninguna obligación, ni contractual ni de otro tipo, hacia otra persona o tercera parte en relación con las Dosis Iniciales Europeas (los 300 millones encargados)…que puedan impedir la ejecución completa de sus obligaciones de este acuerdo”.
“Es un proceso complicado –justifica el retraso el director general de Astrazeneca, Pascal Soriot–. El problema es que hace unos meses nadie creía que lo lográramos, y ahora la gente lo da por asegurado, y las cosas son más complejas”.
Por otro lado, la Comisión Europa presentó ayer su propuesta para obligar a las farmacéuticas que fabriquen vacunas contra la covid en territorio europeo a recibir su autorización antes de efectuar cualquier exportación. Bruselas argumenta que es una cuestión de transparencia, pero el mecanismo implica un control de las exportaciones. Es la primera reacción al desencuentro con Astrazeneca.
Los plazos de entrega y los precios se han suprimido en la versión publicada del contrato