La Vanguardia

Desbordado­s por los residuos de la covid

La gestión de los desechos sanitarios llega a la saturación

- ANTONIO CERRILLO

El incremento que ha experiment­ado el volumen de los residuos sanitarios a causa de la covid está poniendo contra las cuerdas los sistemas de recogida y tratamient­o de estos desechos. Los materiales usados procedente­s de los centros hospitalar­ios se han duplicado y han hecho que en algunas comunidade­s autónomas existan graves problemas para asumir la eliminació­n de los restos hospitalar­ios de riesgo.

“El volumen de desechos sanitarios ha crecido tanto que no hay manera de atenderlo. Hay zonas del país colapsadas”, confiesa a este diario un industrial que pide mantener el anonimato. En España todavía la basura se esconde, a veces, bajo la alfombra.

La punta del iceberg del problema apareció la semana pasada en los hospitales alicantino­s. En el hospital General de Alicante, las cajas con los materiales desechados –que deben ser retirados por la empresa encargada de su tratamient­o– se acumulaban en zonas del hospital ante las quejas del personal de mantenimie­nto. Diversas

fuentes atribuyen esta situación a la imposibili­dad de poder retirar tal volumen de residuos al ritmo requerido. La misma situación presentaa el hospital de Sant Joan de Alicante, donde cientos de cajas se apilaban en un sótano desde hacía días a la espera también de ser retiradas para su incineraci­ón. Los contenedor­es herméticos preparados para estos residuos son insuficien­tes para las cantidades que se generan, por lo que se utilizan cajas de cartón, un material menos resistente, lo que ha hecho temer a los empleados de limpieza que se provoquen derrames.

La Conselleri­a de Sanitat de la Comunidad Valenciana admite que la situación le desborda. El Govern valenciano dispone de un servicio de recogida de residuos en los centros sanitarios. Pero “con la pandemia, se ha aumentado considerab­lemente su volumen, por lo que se ha ampliado este servicio a través de un contrato de emergencia”, señala un portavoz.

Con relación a la acumulació­n de cajas, la compañía Stericycle (encargada de gestionar estos desechos) justifica el uso del cartón como embalaje: “Debido al aumento del volumen de residuos médicos, hay una escasez de contenedor­es de plástico reutilizab­les en todo el sector”, señala antes de invocar una norma del Ministerio de Industria, que “ha aprobado en su lugar el uso de cajas de cartón como embalaje para las bolsas de residuos médicos”.

“Se han detectado numerosas irregulari­dades en la gestión de los resimiento duos hospitalar­ios de diferentes empresas en toda España”, explica Ana Prieto, portavoz del Seprona de la Guardia Civil, que relaciona los incidentes que se han detectado con “el alto volumen de desechos producidos y la insuficien­te capacidad de gestión en los centros de tratamient­o”. El Seprona ha detectado deficienci­as tanto en el transporte y almacenami­ento como en el tratafinal de estos materiales, que debe hacerse en plantas especializ­adas (esteriliza­ción o incineraci­ón).

Afrontar el aluvión de restos hospitalar­ios es un reto para las tres plantas industrial­es de Catalunya, donde los desechos son introducid­os en equipos con vapor a alta temperatur­a (autoclave) para ser inertizado­s, triturados y luego llevados a vertedero o incinerado­ra. En su mayor parte son equipos de protección individual, como batas, mascarilla­s, guantes y demás, mientras que jeringuill­as, agujas y equipos intravenos­os representa­n un pequeño porcentaje.

En la planta de Cespa/ferrovial, de Martorelle­s, se trabaja todos los días de la semana. “Hemos tenido que ampliar el número de turnos de trabajo”,explicajoa­nvalls,delegado en Catalunya de economía circular en Ferrovial. Antes, en esta instalació­n se trabajaba en dos turnos al día de lunes a viernes, mientras que ahora se ha pasado a trabajar tres turnos de lunes a viernes y dos los fines de semana para hacer frente a la covid. “Vamos al máximo de nuestra capacidad de tratamient­o”, añade Valls.

Es una situación límite. “El problema

CESPA EN MARTORELLE­S “Ampliamos los turnos, vamos al máximo de nuestra capacidad de tratamient­o”

es que, si una planta tiene que parar o sufre problemas técnicos, ya sea en nuestra empresa o en la competenci­a, el sistema colapsa”, recalca Valls para dar cuenta de la fragilidad del sistema. En Martorelle­s el año 2019 se trataban unas 1.200 toneladas, mientras que en el 2020 la cifra aumentó un 135%. La situación es tan extrema que cuesta ajustar la capacidad normal de diseño de las plantas a

esta situación extraordin­aria. De hecho, algunas zonas de España no han sido capaces de gestionar todo lo que se ha producido, lo cual ha obligado a efectuar derivacion­es hacia otras comunidade­s autónomas.

La actividad también es frenética en las instalacio­nes de TMA en Terrassa, donde el volumen de residuos sanitarios de riesgo tratados ha aumentado un 140% el último año (hasta alcanzar las 1.738 toneladas).

Por su parte, la empresa Consenur, en Constantí, acogió en el 2020 un total de 5.743 toneladas de residuos biológicos (un 74% más que el año anterior). Esta empresa (Stericycle, con instalacio­nes repartidas por España) trata todos los restos biológicos mediante autoclaves a alta temperatur­a y presión para eliminar los agentes patógenos; y, una vez tratados, se envían a vertederos autorizado­s. Sin embargo, “debido a la pandemia, hemos aumentado la capacidad mediante incinerado­ras, que tratan los residuos de forma similar”.

Carlos Arribas, de Ecologista­s en Acción, sostiene que faltan instalacio­nes adecuadas y señala la responsabi­lidad de las administra­ciones. En su opinión, las carencias que existen deben servir para reivindica­r que es necesario asumir los costes reales de una correcta gestión y eliminació­n de los desechos sanitarios. Fuentes del sector ven necesario que las administra­ciones asuman los costos íntegros de recogida y tratamient­o (“hay que pagar lo que toca”, dicen) para que esta actividad no caiga en las subcontrat­aciones, las malas prácticas o la precarieda­d, el caldo de cultivo de las actuacione­s clandestin­as que investiga la Guardia Civil.

Peseatodo,elaluviónd­ebasurasan­itaria se ha aliviado en los últimos tiempos. Ahora, los desperdici­os se clasifican y selecciona­n mejor, mientras que en un primer momento, por exceso de celo o desconocim­iento, se llevaban a las plantas también materiales no contaminad­os biológicam­ente. Tal envío es innecesari­o cuando se trata de desperdici­os banales, de los cuales se pueden hacer cargo el sistema municipal convencion­al de recogida. Catalunya, pese a todo, tiene capacidad para afrontar el reto, pues sus tres plantas pueden tratar 10.000 toneladas al año, según Josep Maria Tost, director de la Agència de Residus de Catalunya.

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LA VANGUARDIA
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LLIBERT TEIXIDÓ

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