Cs plantea una bajada de impuestos para poner fin al “infierno fiscal”
Con el programa electoral todavía en el horno, la ejecutiva nacional reunida ayer en Barcelona sirvió para que Ciudadanos presentara las bases económicas y sociales del gobierno constitucionalista que aspira a liderar en Catalunya.
La presidenta del partido, Inés Arrimadas, anunció que en los primeros cien días se efectuaría una “auditoría del gasto superfluo” que el independentismo ha destinado a “enchufados y chiringuitos” para dedicarlo a servicios públicos y especialmente a la sanidad. Además, se pondría en marcha un “plan urgente de rescate para los trabajadores, las familias, las pymes y los autónomos”, con ayudas directas como las que se están dando en varios países de Europa, y se abordaría una “bajada generalizada de impuestos” para acabar con el “infierno fiscal” en el que ha desembocado, a su juicio, el procés.
Con las medidas económicas que detalló, que incluyen la supresión del impuesto de sucesiones, la revisión de la veintena de tributos propios de la Generalitat que “asfixian” al contribuyente o la reducción del “altísimo tramo autonómico del IRPF que pagan las clases trabajadoras”, Inés Arrimadas cree que Catalunya volvería a ser una “tierra de oportunidades” y regresarían las empresas que se fueron a causa de la inestabilidad política.
Tanto ella como el candidato a la presidencia de la Generalitat, Carlos Carrizosa, insistieron en que el voto del constitucionalismo debe concentrarse en Cs porque el PSC se dispone a “entregárselo con un lacito” a ERC en un nuevo tripartito. “Nuestro partido nació hace quince años como alternativa para los catalanes que querían una administración que se preocupase por ellos y no por la identidad”, recordó Carrizosa, que pidió “mandar al separatismo a la oposición”.