Solos ante el esquí más ruinoso
El negocio de la nieve de la Cerdanya y el Ripollès sufre el mayor castigo de todas las estaciones de Europa por el aislamiento anterior a Navidad
Xavier Nolla empezó a esquiar a los 7 años. Está a punto de cumplir 75, y lo vivido y sufrido esta temporada en el negocio de la nieve no lo había visto nunca. No debería extrañar, pues, que Nolla, director general de Masella, haya hecho esta campaña más fotos de lo habitual en esa estación en la que ha pasado los inviernos del último medio siglo. “Esto era inimaginable, impensable hace solo unos meses”, afirma el empresario tras sacar con su móvil una foto el pasado viernes del principal acceso a pistas de esa estación de la Cerdanya. ¿La excepcionalidad de la imagen? No hay ni un solo esquiador y el reloj aún no marca las tres de la tarde..
Xavier Nolla es una enciclopedia viva del universo del esquí. Podrían contarse con los dedos de las manos las estaciones del mundo (las más importantes) que no ha pisado. Y superado el enero de esta atípica temporada de esquí, su conclusión sobre lo que está ocurriendo no puede ser más lapidaria. “Masella y el resto de las estaciones de la Cerdanya y el Ripollès no es que estén viviendo la peor situación de Catalunya y España, que sí. Lo que nos está pasando aquí, en Girona, con esta pandemia no se repite en ninguna otra estación de esquí de Europa”, sentencia.
Francia, por ejemplo, no ha abierto, “pero el Gobierno ha prometido a las estaciones de esquí que les indemnizará con el 49% de los ingresos medios de las últimas tres temporadas”, informa Nolla. “Las estaciones de Suiza –continúa– están abiertas para el turismo local, sin tantas restricciones de movilidad, y se sirve comida y bebida para llevar”.
Italia, con los complejos cerrados, “está debatiendo también indemnizar a las estaciones, mientras que Austria –donde el esquí se ha declarado actividad segura– permite ir y volver a las estaciones para practicar ese deporte. Ahí lo único que se ha cerrado es todo el negocio de restauración”.
Este rápido repaso a las estrategias políticas seguidas en Europa para ayudar a un sector tan importante y clave para la economía de las zonas de montaña ratifica la sentencia de Xavier Nolla. Aquí el sector se ha quedado solo y está sumando cada día pérdidas –sin promesas, por el momento, de ayudas directas al sector– en una temporada de esquí que va a ser ruinosa, en mayor o menor medida, para todos
Y la factura más cara la va a pagar, como aventura Nolla, Girona. “A ver qué pasara ahora con estas elecciones”, afirman muchos restauradores y hoteleros, muy enfadados por cómo les ha tratado el Govern. La Cerdanya y el Ripollès fueron confinadas por sorpresa el 22 de diciembre, cuando los negocios hoteleros y de restauración –con una muy buena previsión en reservas– se habían provisto ya para las fiestas de Navidad y Reyes. “Fue un mazazo con unas pérdidas económicas que se cuentan en millones de euros”, aventuran esos empresarios que lo fían todo en invierno al esquí.
Prácticamente todo el mundo dio
“Ahora vienen otras elecciones; a ver qué pasa”, dicen hoteleros de zonas de montaña tras el mazazo
por hecho que las estaciones de la Cerdanya y el Ripollès, que ya habían abierto puertas, iban a bajar la persiana. Todo el mundo, menos Xavier Nolla y los directivos de Masella. “Nosotros en ningún momento nos hemos planteado cerrar –ni con el confinamiento perimetral ni ahora (otro mazazo para todas las estaciones de esquí catalanas) con el cierre municipal. Nos debemos a nuestros clientes más fieles y pensamos que estar abiertos, aunque vayamos a perder esta temporada alrededor de 4 millones de euros, es una inversión de futuro en prestigio y responsabilidad”. Además, si Masella cerrara, la situación de la Molina (estación pública y con la que está conectada) quedaría muy tocada al reducirse la extensión esquiable.
“Lo que estamos intentando es que los pocos aficionados que vienen esquíen como siempre. Somos un negocio privado que mima a su cliente, y además este año les hemos ofrecido, hasta hace solo unos días, nieve canadiense. La calidad de esta temporada, gracias a las bajas temperaturas, ha sido excepcional”. Pero solo para unos pocos.