La Vanguardia

Bajan las personas ingresadas por covid en planta pero aún no en las ucis

Salut adelanta que habrá que alargar las restriccio­nes más allá del 7 de febrero

- JOSEP CORBELLA

El número de personas hospitaliz­adas por covid en Catalunya lleva una semana seguida de descenso después de haber alcanzado un pico de 3.061 pacientes el domingo 24 de enero. El número de personas ingresadas en ucis, sin embargo, aún no ha empezado bajar y el sábado se elevó a 730, según los datos publicados ayer en el portal Dadescovid de la Generalita­t.

Con esta situación en los hospitales, el Departamen­t de Salut defendió ayer que las restriccio­nes actuales deberán prolongars­e más allá del 7 de febrero, día en que expiran.

Los datos que se registran ahora son consecuenc­ia del incremento de contagios ocurrido durante las Navidades y del descenso iniciado con la adopción de nuevas restriccio­nes a partir del 7 de enero. La reducción de contagios desde el día 7 comportó un descenso de nuevos diagnóstic­os en la semana siguiente y un descenso posterior de nuevos ingresos en hospitales.

Dado que los casos graves de covid suelen requerir cuidados intensivos entre dos y tres semanas de media, en las ucis han entrado más pacientes de los que han salido a lo largo del todo el mes de enero. Se espera que esta situación se revierta desde principios de esta semana y que el número de pacientes ingresados en ucis empiece a bajar.

Lo que más preocupa en este momento es la lentitud del descenso en un momento en que la variante británica B117 del virus está en expansión. Con las medidas introducid­as el 7 de enero, el número R de reproducci­ón del virus se ha estabiliza­do en torno a 0,9, informa Clara Prats, del equipo de biología computacio­nal Biocomsc de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya. Esto significa que el número de nuevos casos diarios se reduce un 10% aproximada­mente cada cinco días. Partiendo de los 3.000 casos diarios diagnostic­ados de media en la semana del 21 al 27 de enero –la última de la que había ayer datos consolidad­os–, la cifra habrá bajado a unos 2.400 casos diarios en la semana actual, del 1 al 7 de febrero.

Esta tendencia a la baja se podría mantener con las medidas ahora vigentes de no ser por la irrupción de la variante británica, a la que se atribuye una contagiosi­dad entre un 30% y un 50% más alta que las variantes anteriores. Por lo tanto, con las mismas medidas de contención, el número R se podría situar entre 1,17 (un 30% más alto) y 1,35 (un 50% más), explica Clara Prats. Volver a tener un número R superior a 1 implica que la epidemia volvería a crecer, con un nuevo aumento del número de casos, hospitaliz­aciones y muertes.

La variante británica puede tardar alrededor de un mes en convertirs­e en mayoritari­a en Barcelona y su área metropolit­ana, según se desprende de un estudio de Biocomsc. Pero la expansión de la nueva variante dependerá de su contagiosi­dad, que aún no se conoce con precisión, y de la efectivida­d de las medidas que se apliquen para prevenir contagios, por lo que hay un margen de incertidum­bre amplio en torno a las fechas, advierte Prats.

La Generalita­t debe decidir esta semana si las medidas actuales para

Preocupa la lentitud con que bajan los casos en un momento en que la variante británica va a más

contener la epidemia se deben reforzar, mantener o relajar a partir del 7 de febrero. Marc Ramentol, secretario general del Departamen­t de Salut, defendió ayer que las restriccio­nes actuales se mantengan.

“Va a ser necesario continuar con las medidas que afectan a la movilidad y a la interacció­n social”, declaró durante la visita a las nuevas instalacio­nes del hospital Germans Trias i Pujol en Badalona. Según Ramentol, “el objetivo final consiste en disminuir la presión asistencia­l en nuestra red hospitalar­ia”, que se encuentra en la “zona hipercríti­ca”.

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NACHO DOCE / REUTERS Un médico se prepara para atender a un paciente en Sant Pau

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