¿Qué filósofo es famoso por el uso que hizo de un atizador de chimenea?
Un atizador de chimenea sencillo cuesta entre 6 y 16 euros, según las indicaciones de ayer de la web de Amazon. Ese instrumento es el que se asocia al influyente filósofo austrobritánico Ludwig Wittgenstein (1889-1951), de cuya muerte han transcurrido 70 años.
Su vida tiene elementos de película: infancia en familia acomodada de Viena (relacionada con varios artistas, como Mahler), estudios en el mismo colegio que Hitler (hay hasta una foto de ambos), el frente durante la I Guerra Mundial, renunció por principios a la millonaria herencia de su padre, tres de sus cuatro hermanos se suicidaron...
Autor del Tractatus-logicophilosophicus (“los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”), afirmó que con él había resuelto todos los problemas de la filosofía. Sin embargo, no dudó en impugnar, él mismo, todas las teorías del Tractatus en sus obras posteriores.
De carácter irascible (fue acusado de pegar a algún alumno en su etapa de maestro), hay otro incidente que le persigue. El 25 de octubre de 1946, en el Moral Science Club de la Universidad de Cambridge, se enzarzó en un debate con Karl Popper, quien había pronunciado la conferencia ¿Existen realmente problemas filosóficos?. En un momento, Witggenstein cogió el atizador de la chimenea en brasas y lo blandió amenazadoramente. Durante años se creyó que la discusión entre Wittgenstein y Popper motivó el gesto y que el primero le pidió al segundo un ejemplo de principio moral y este respondió: “No amenazaré con un atizador a los visitantes”. Eso fue lo que Popper explicó en su autobiografía, pero la reconstrucción de los hechos con testigos lo desmiente. Hasta nueve asistentes reconstruyeron el episodio, de 10 minutos de duración, para los periodistas David Edmonds y John Eidinow, autores de El atizador de Witgenstein (2001): hubo una viva discusión Wittgenstein-popper y un tercero, Bertrand Russell, se metió en medio, y Wittgenstein le espetó: “Usted no me entiende, Russell. Usted nunca entiende lo que digo”. Russell replicó: “Usted lo está confundiendo todo, Wittgenstein. Usted siempre lo confunde todo”. Ahí sí cogió el atizador y gesticuló. Russell gritó: “¡Suelte de una vez ese atizador!”. Lo hizo y se marchó dando un portazo. Con Wittgenstein ausente, Popper atinó a enunciar su principio del atizador: que nadie debería amenazar con él. Pero no fue un cara a cara.