Prácticas que facilitan una mejor calidad de vida
EL YOGA, LA MUSICOTERAPIA O EL EJERCICIO AYUDAN A MUCHOS ENFERMOS DE CÁNCER A SOBRELLEVAR LOS CAMBIOS FÍSICOS Y EMOCIONALES DERIVADOS DE SU ENFERMEDAD
Estrés crónico, ansiedad y depresión son las tres palabras "malditas" que se esconden tras el diagnóstico de un cáncer. Porque empiezan entonces para los pacientes duros afrontamientos: preocupaciones con respecto a los síntomas o al funcionamiento del tratamiento; confusión en sus relaciones personales; discriminación por parte de su empresa e, incluso, en su círculo social...
"Los investigadores estiman que, entre el 20% y el 60% de las pacientes con cáncer experimentan síntomas de depresión que pueden dificultar aún más que se adapten a su tratamiento y que aprovechen las fuentes de apoyo social que tienen disponibles", se argumenta desde la American Pshychological Association. Se dan, también, muchos casos de pacientes que empiezan a comer mal, en menor cantidad y seleccionando alimentos con bajo nivel nutricional; que dejan de hacer ejercicio y que empiezan a tener problemas para dormir bien de noche. Situaciones que se agravan con los efectos secundarios que sufren como resultado de las sesiones de quimioterapia y de radioterapia.
Para el manejo de la enfermedad, es fundamental asegurarles una adecuada calidad de vida y este es el motivo por el cual se están impulsando en este ámbito prácticas complementarias de ejercicio y relajación adaptadas a los tratamientos médicos que los pacientes están realizando. Hablamos de meditación, yoga, pilates e, incluso, de musicoterapia. "La efectividad de estas intervenciones en pacientes oncológicos se refleja en una disminución de los efectos de la ansiedad, la angustia y el estrés producidos por la incertidumbre de la evolución del cáncer, considerándose un tratamiento tanto curativo como paliativo", se alega en el libro Cáncer y deporte, coordinado y editado por Sanitas Hospitales y la Universidad Camilo José Cela.
NIVELES DE CORTISOL MÁS BAJOS
Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España se valoran positivamente las ventajas de estas disciplinas. "Los beneficios del ejercicio de yoga van mucho más allá de la mera relajación para aquellos pacientes que se están sometiendo a tratamientos de radioterapia", enfatizan, haciéndose eco de un estudio del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas que concluyó que las mujeres que practicaban yoga con asiduidad presentaban niveles de cortisol más bajos a lo largo del día y, con ello, sufrían menos estrés.
El Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) cuenta con un programa de pilates diseñado para la rehabilitación de supervivientes de cáncer de mama y orientado a mejorar la movilidad en brazos y hombros, a recuperar
Los tratamientos médicos pueden generar en las pacientes elevados niveles de ansiedad, estrés y depresión
el equilibrio corporal y a prevenir el linfedema (inflamación producida por la acumulación del líquido linfático tras la extirpación de los ganglios linfáticos). La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), por su parte, organiza sesiones de yoga no solo para las pacientes, sino también para familiares, cuidadores y personas de apoyo, que comparten la difícil situación que viven los enfermos.
ADIÓS A LA INACTIVIDAD
Más allá de las prácticas complementarias, un panel de expertos convocados por el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) publicó en 2019 pautas y recomendaciones actualizadas sobre la función de la actividad física y el ejercicio en general en la prevención del cáncer y la supervivencia a esta enfermedad. En concreto, las recomendaciones señalaban los beneficios asociados a evitar la inactividad y se sostienen en datos que muestran, por ejemplo, que 30 minutos de ejercicio aeróbico tres veces por semana son suficientes para mejorar la ansiedad, la depresión, el cansancio, la calidad de vida y el funcionamiento físico en los sobrevivientes de cáncer.