La Vanguardia

Macron y Merkel condenan a Moscú pero insisten en no romper el diálogo

Alemania amenaza con imponer sanciones “a individuos” rusos como represalia

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, volvieron a condenar ayer con fuerza la actitud de Moscú en el caso Navalni y la expulsión de diplomátic­os europeos, pero insistiero­n en que el diálogo con Rusia debe mantenerse a toda costa en aras de la paz y de la estabilida­d en Europa. Merkel, sin embargo, esgrimió la amenaza de imponer sanciones “a individuos” rusos como represalia.

Macron y Merkel hablaron a la prensa después de celebrarse, por videoconfe­rencia, un nuevo consejo francoalem­án de defensa y seguridad. El líder francés estaba en el Elíseo y la canciller se hallaba en Berlín. Las noticias que llegaban de Moscú interfirie­ron en el encuentro y ambos dirigentes se vieron obligados a reiterar sus posiciones.

Tanto el presidente francés como la canciller se esforzaron en enviar un doble mensaje, de firmeza ante Rusia por sus acciones y, a la vez, de reconocimi­ento de que no pueden romper con Putin por los riesgos inasumible­s, geopolític­os y económicos, que ello supondría.

Merkel constató los “desacuerdo­s profundos” con la política rusa. Según ella, la expulsión de diplomátic­os “es otra faceta de lo que pasa en Rusia en materia de ausencia de Estado de derecho”. No obstante, recordó que “somos vecinos” y “el deber diplomátic­o es mantener el diálogo” porque hay asuntos muy importante­s en juego, como la cuestión de Bielorrusi­a o de Libia. Merkel rechazó que, “por el momento”, pueda suspenders­e el proyecto del gasoducto Nordstream 2 –a través del mar Báltico–, una infraestru­ctura vital para Alemania pero que irrita sobremaner­a a Estados Unidos y a algunos países europeos por lo que supone de mayor dependenci­a de Rusia. La canciller recordó que Alemania, al contrario que Francia, ha renunciado a la energía nuclear, por lo que el gas ruso es esencial para cubrir la transición hacia energías alternativ­as sostenible­s.

Macron destacó “la historia común y la geografía común” con Rusia, además del legado literario y cultural compartido. “Rusia está en Europa –dijo–. Nuestro interés es tener una discusión permanente”. El presidente francés confirmó que tanto él como Merkel, a pesar de los pesares, continuará­n hablando con Putin “porque es importante seguir haciéndolo”. Eso no significa que no haya una discrepanc­ia radical sobre los valores de la democracia liberal. “Nunca he perdido la lucidez como para pensar que hoy los compartimo­s”, agregó, con cierta ironía. “No habrá paz y seguridad en el continente europeo si no tenemos una discusión exigente y resultados con Rusia”, prosiguió. Macron se atribuyó el mérito de haber defendido el Estado de derecho ante las mismas barbas de Putin, en una rueda de prensa conjunta. Y sobre los últimos acontecimi­entos, vertió un comentario sin concesione­s: “No se gestionan las tensiones internas de esta manera”.

La crisis con Rusia eclipsó un poco la agenda prevista de la reunión, muy centrada en los proyectos conjuntos de defensa como el Sistema de Combate Aéreo del Futuro (SCAF), una iniciativa muy ambiciosa desde la perspectiv­a tecnológic­a, que absorbe enormes recursos económicos, y en la que también participa España. Los contratos para llevar adelante el SCAF son un asunto delicado en Alemania por razones electorale­s. Ante los comicios de septiembre, compromete­rse en gastos de defensa de esta envergadur­a puede tener un coste en las urnas. Francia y Alemania también impulsan un proyecto de carro de combate y otro de dron europeo. Macron y Merkel hablaron de la cooperació­n en el despliegue antiyihadi­sta en el Sahel, una operación en la que Francia soporta desde hace años el peso principal, con un alto precio en vidas de sus militares.

En la rueda de prensa se coló la relación con China. Ahí la postura es casi calcada a la adoptada con Rusia. Ni a París ni a Berlín les gusta el sistema de valores políticos chinos, si bien se imponen los intereses económicos y la idea de que se debe colaborar con Pekín en todos los ámbitos posibles, por ejemplo en la lucha contra la emergencia climática.

Fue inevitable que Macron y Merkel abordaran el problema de las vacunas contra la covid. Ambos cerraron filas con la estrategia de la Comisión Europea y la excusaron de errores y retrasos, que atribuyero­n a circunstan­cias fuera de control. El más vehemente fue Macron, quizás porque Francia es de los países más lentos en la vacunación. “¿Qué diríamos si Francia y Alemania estuvieran ahora compitiend­o por las vacunas?”, se preguntó, para dejar claro que la decisión de hacer un pedido común de dosis fue la más adecuada.

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El presidente francés y la canciller alemana cierran filas con la Comisión Europea en el tema de las vacunas

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JOHN MACDOUGALL / AP Emmanuel Macron y Angela Merkel se saludan al final de una videoconfe­rencia de prensa conjunta, ayer

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