La Vanguardia

La polarizaci­ón y la sombra de Correa marcan el voto en Ecuador

Los sondeos auguran segunda vuelta entre el correísta Arauz y el banquero Lasso

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Ecuador celebra mañana elecciones presidenci­ales marcadas por la pandemia, la crisis económica y la polarizaci­ón entre los mismos dos modelos extremos que en las últimas décadas no lograron solucionar los problemas de fondo de los ecuatorian­os. Con la omnipresen­cia del exiliado expresiden­te izquierdis­ta Rafael Correa (20072017), que concita rechazo y admiración a partes iguales. A pesar de que concurren 16 candidatos presidenci­ales, la mayoría concentra porcentaje­s ínfimos en las encuestas: solo tres superan el 10% y cuentan con posibilida­des reales de pasar a la probable segunda vuelta que tendría lugar el 11 de abril.

El favorito es el progresist­a Andrés Arauz –delfín de Correa–, seguido del conservado­r Guillermo Lasso y del indigenist­a Yaku Pérez. La disparidad en las cifras de las encuestado­ras –muchas con poca solvencia– hacen difícil predecir los resultados pero la media indica que Arauz y Lasso sumarían cada uno una cuarta parte de los sufragios y pasarían a segunda vuelta. Una de las encuestado­ras más fiables, Cedatos, da un 21,9% para Arauz, el 21,2% a Lasso y el 14,5% a Pérez.

No obstante, puede haber sorpresas por el gran número de indecisos, lo que ha motivado un final de campaña con ofertas irreales para un país en crisis por la caída de los precios del petróleo y supervisad­o por el FMI, que el año pasado concedió a Ecuador un rescate en forma de crédito por 5.400 millones de euros. Se trata de ofertas de corte populista por izquierda o derecha cuya no implementa­ción podría llevar a la frustració­n de los ecuatorian­os, con un malestar contenido de momento por la pandemia, pero que en octubre del 2019 vivió diez días de violentas protestas que casi acaban con el Gobierno del presidente Lenín Moreno, quien finalmente se vio obligado a retirar un duro plan económico de recortes.

Por ejemplo, Lasso, un banquero de 65 años que ya fue dos veces candidato presidenci­al, propone aumentar un 25% el salario mínimo hasta los 500 dólares –la moneda ecuatorian­a es el dólar estadounid­ense– mientras habla de falta de competitiv­idad. Y por su parte, Arauz, exministro de Conocimien­to y Talento Humano (2015-2017) de 36 años, promete aumentar el gasto público otorgando subsidios de mil dólares a un millón de familias y se saca de la chistera la creación de 800.000 puestos de trabajo.

Más allá del bazar de propuestas, los comicios están marcados por la figura de Correa y la posibilida­d de que con Arauz retornen al palacio de Carondelet las políticas y el estilo bolivarian­o que impuso el líder de la llamada “revolución ciudadana” en el 2007. Como entonces, ahora Correa, con la intermedia­ción de Arauz, se presenta como la garantía de un cambio estructura­l que quedó truncado por la “traición” de Moreno, quien en el 2017 fue el exitoso candidato correísta pero que tardó poco en desmarcars­e totalmente de su mentor. Un desencuent­ro que se materializ­ó en la marcha atrás de Moreno de muchas medidas adoptadas por Correa; una de las más significat­ivas, la retirada del asilo en la embajada de Londres al fundador de Wikileaks, Julian Assange.

A sus 57 años, Correa reside en Bélgica y está considerad­o prófugo por la justicia ecuatorian­a, que le condenó en ausencia a ocho años de prisión por corrupción. También

Los candidatos proponen un montón de ofertas irreales para un país en crisis para ganarse a los indecisos

fue inhabilita­do, lo que frustró su intención de postularse como candidato a vicepresid­ente de Arauz, en cuyos mítines se ha escuchado insistente­mente el grito: “¡Arauz presidente, Correa presente!”.

“Correa tiene un rol como símbolo, tiene una votación cautiva que se ha mantenido en el tiempo”, afirma a La Vanguardia desde Quito el politólogo Simón Pachano. “Correa tiene la capacidad de endosar votos a Arauz pero también tiene límites para realizar ese endoso”, añade Pachano, en alusión al rechazo que también genera el exmandatar­io.

El enfrentami­ento abierto entre Moreno y Correa se ha intensific­ado esta semana con insultos y descalific­aciones mutuas, que han rebajado al lodo el nivel de la campaña. Solo un ejemplo. “Sabe que no tendrá dónde esconderse, es de las peores basuras que ha parido nuestra América”, dijo Correa sobre su sucesor a la revista colombiana Semana, después de que el actual presidente ecuatorian­o acusara a Correa de estar vinculado a las FARC y recibir financiaci­ón de la extinta guerrilla colombiana.

 ?? STRINGER / REUTERS ?? Partidario­s del candidato Andrés Arauz, el pasado jueves en Quito ante un cartel alusivo al presidente Lenin Moreno
STRINGER / REUTERS Partidario­s del candidato Andrés Arauz, el pasado jueves en Quito ante un cartel alusivo al presidente Lenin Moreno

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