Tímidas protestas en Birmania contra el golpe de Estado militar
Cinco días después del golpe de Estado en Birmania, una parte de la población ha empezado a movilizarse en ciudades importantes del país. Pequeños grupos de estudiantes protestaron ayer en las universidades de Rangún y Dagon bajo el lema “larga vida a la madre Suu”, con el que pedían la liberación de la líder depuesta Aung San Suu Kyi, que se encuentra bajo arresto domiciliario.
“No queremos una dictadura militar”, decía uno de los manifestantes a la agencia Ap con un lazo rojo en la mano, símbolo escogido por el partido de Suu Kyi para demostrar resistencia. “Tendremos que liderar este movimiento”, afirmaba Min Han Htet, otro de los manifestantes. “Tenemos que evitar que nuevas juntas militares aparezcan en la próxima generación”, explicaba.
No ha habido, sin embargo, protestas masivas ni enfrentamientos con la policía. Más allá de la comunidad educativa y de sectores minoritarios, la vida prosigue con normalidad en un país que ha vivido una gran parte de su historia reciente bajo control militar.
Una de las primeras acciones que llevó a cabo el ejército fue cortar las comunicaciones y, en especial, Facebook, el principal canal de comunicación en Birmania. Sin esta red social, la población carece de fuentes independientes con las que informarse, ya que los medios tradicionales están controlados por el Estado. Por esa razón, la oposición al golpe busca nuevas maneras para organizarse. Twitter y Signal son, informa la BBC, las alternativas más utilizadas junto con Bridgefy, un aplicación de mensajería que no necesita conexión, muy útil durante los cortes de internet de los últimos días.
Según el comandante al mando del golpe, Min Aung Hlaing, la cúpula militar gobernará durante un año antes de convocar elecciones, lo que genera inseguridad económica y social en un país fuertemente golpeado por la pandemia.
En contraste con la baja movilización de los birmanos, la comunidad internacional sí que ha criticado con dureza la intervención del ejército y las detenciones de líderes políticos. Joe Biden se estrenó en materia de política internacional condenando el golpe e instó a “abandonar la violencia”. Los países de UE han actuado de la misma manera y Malasia e Indonesia han llamado a Asean, organización a la que pertenece Birmania, a tomar cartas en el asunto. En cambio China, aliada del país asiático, ha ejercido su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, evitando así que se pudiera emitir un comunicado oficial.
Mientras, la población permanece tranquila, aunque la oposición al nuevo statu quo comienza a ganar fuerza entre sectores que ya no conciben el mando militar como una posibilidad.