Junts fija sus ataques en los socialistas como último escollo para ganar
Por tierra, mar y aire. Junts arremetió ayer contra Josep Borrell, Carmen Calvo y Salvador Illa, clavando a los socialistas en el centro de la diana de sus reproches en un mitin en Figueres (Girona) en el que, en cambio, apenas hubo menciones, ni veladas, a ERC. Confiados en su particular competición con los republicanos, las apelaciones a la “remontada” contra las encuestas se enfocaron en el PSC, como el último rival hacia la victoria el 14-F.
Mientras Carles Puigdemont hablaba de la “vergonzosa humillación” de Borrell, la presidenciable de Junts, Laura Borràs, lamentaba que Calvo “banalice la lucha contra la violencia machista utilizándola de forma electoralista” y defendió el feminismo al proyectarse como la primera mujer presidenta. También lamentó que Illa, “no tenga escrúpulos” criticando a TV3 y Borràs aprovechó su visita a Figueres para anunciar que reabrirá la delegación de TV3 en Perpiñán. “Federalismo de boquilla, republicanismo de boquilla y progresismo de boquilla”, resumió la candidata de Junts, antes de afear al PSOE “que apruebe medidas con el apoyo de un partido franquista”. “Y su candidato aún no ha negado su apoyo en una investidura”, añadió.
La onda expansiva de este ataque impactó también en el socio del PSOE en la Moncloa, Unidas Podemos: “Están muy obsesionados con la ultraderecha, pero el problema es que no la ven cuando la tienen encima, cuando les permite ganar votaciones a su gobierno o les regala alcaldías que no se han ganado con los votos”, reprochó Borràs.
Ante todo ello, Junts se volvió a definir como “la única garantía de un Govern independentista para avanzar, sin atajos, pero sin parar hacia la independencia” y contra “tripartitos extraños con apoyos desde dentro o desde fuera”, en referencia a Barcelona.
Por la mañana Borràs había tratado la materia en la que está más cómoda, la cultura, de la que fue consellera durante algo menos de un año antes de saltar al Congreso. La hoy candidata a la Generalitat quiso trasladar su compromiso con la cultura a los números, prometiendo destinar el 2% del presupuesto a este departamento a lo largo de la legislatura, además de traspasarle las competencias de memoria democrática. El acento, con todo, lo puso en la lengua, llamando a que “se pueda vivir plenamente en catalán”. O lo que es lo mismo, exigiendo una mayor implantación en ámbitos como la justicia, el audiovisual y la tecnología. Y lo hizo en el Barcelona Supercomputing Center: “Para que una lengua sea de futuro también nos debemos poder dirigir a las máquinas en ella”, explicó.