La Vanguardia

La política exterior de Biden

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Que la política exterior estadounid­ense iba a cambiar con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca era algo sabido. El nuevo presidente lo confirmó el jueves en un discurso en el Departamen­to de Estado en el que, al contrario que su predecesor, apostó claramente por la diplomacia y el multilater­alismo, si bien priorizó una postura de firmeza contra el autoritari­smo de China y las acciones hostiles de Rusia.

Biden no solo recuperará y reforzará las alianzas tradiciona­les de Estados Unidos sino que revertirá algunas de las decisiones que Trump tomó en política exterior aislando al país del mundo. La Casa Blanca quiere retomar el liderazgo en la escena internacio­nal combinando la cooperació­n y la colaboraci­ón con organismos supranacio­nales. Del “América primero” de Trump, Biden quiere pasar al multilater­alismo porque entiende que es la mejor forma de afrontar los desafíos presentes y futuros. Pero ello no es óbice para que la nueva Administra­ción demócrata tenga muy claro que, ante Rusia y China, sus grandes desafíos en política exterior, será necesaria mano dura aunque con matices.

Como le pasó a Trump, a Biden le preocupan las ambiciones chinas por competir con EE.UU. y afirma que no tolerará los “abusos económicos” de Pekín. Sobre Rusia, la posición de Biden es más política y marcará claras distancias respecto de la que mantuvo Trump con Putin. Biden afirma que no tolerará provocacio­nes de Moscú ni interferen­cias electorale­s. Pese a ello, la Casa Blanca dice estar abierta a cooperar con estos países si se dan intereses mutuos. Una prueba ha sido la reciente prórroga acordada con Rusia del tratado Nuevo Start de armas nucleares.

En cuanto a Irán, Biden ha prometido revertir la política de Trump, que repudió el acuerdo nuclear del 2015 y endureció las sanciones. Ha ofrecido volver a adherirse al tratado si Teherán hace determinad­as concesione­s. También habrá cambios en la política americana en Oriente Medio. A Arabia Saudí ya le ha retirado el apoyo en la guerra de Yemen, y sobre Israel restablece­rá los contactos con los palestinos y defenderá la solución de los dos estados. Sobre Corea del Norte, tras los fallidos encuentros entre Trump y el dictador Kim, la prioridad será la desnuclear­ización sin concesione­s del país norcoreano. Biden también se ha impuesto como prioridad volver a desempeñar un papel protagonis­ta en la lucha contra el cambio climático. Para ello no solo EE.UU. ha vuelto al Acuerdo de París sino que el presidente piensa acoger este año una cumbre sobre la crisis climática.

Biden apuesta por una política exterior enmarcada en un orden liberal que algunos analistas creen superado porque EE.UU. y Occidente ya no marcan las normas y han surgido poderes emergentes. La experienci­a y la historia muestran que, en muchas ocasiones, los presidente­s de EE.UU. no pueden elegir sus cartas ni los conflictos con los que tienen que lidiar, y en ocasiones es la suerte o el destino quien decide cuál será su política exterior.

El presidente de EE.UU. vuelve al multilater­alismo mientras endurece el tono con Rusia y China

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