La Vanguardia

Arrancar el día con un muy buen pepito

Abre Anímic, acogedor local con terraza en el Eixample y doble propuesta de desayunos a base de buenos bocadillos y guisos, a los que a mediodía suma algunos platillos más y postres

- CRISTINA JOLONCH

Se podría decir que el exquisito pepito de ternera y las albóndigas con sepia y guisantes, esponjosas, suculentas y con salsa para untar hasta la última miga de pan, son lo mejor del repertorio con que el lunes se estrenó Anímic (Londres, 87). Pero no sería justo, primero porque no se deben juzgar los restaurant­es en su primer día, y este promete; segundo, porque no se probó la carta al completo y vimos pasar de largo platos con excelente pinta que quedaron para la próxima visita . Y, sobre todo, porque sabemos que con lo mejor que empieza su andadura este pequeño y acogedor establecim­iento que cuenta con terraza (dato imprescind­ible en estos momentos) es con la energía desbordant­e y la buena trayectori­a de quienes lo regentan.

Entre los desayunos , bocadillos y guisos como la capipota o la terrina de pies de cerdo con judías de Santa Pau

En la cocina y al frente del negocio, el cocinero Albert Ferrer, que en su día abrió el exitoso Bambarol junto a Ferran Maicas –la suya ha sido otra separación más en la restauraci­ón barcelones­a, por suerte en este caso civilizada y de las que dejan como fruto locales amigos, que se recomienda­n mutuamente y algunos platos parecidos–. Y en la sala Jonathan Viol, quien se metió en el bolsillo a todos los clientes de Bambarol, con una combinació­n de eficacia, simpatía, memoria y puro entusiasmo.

Así seguirá ejerciendo en esta nueva casa, donde además de defender la carta (relájense: este hombre fue más de una década vendedor modélico en El Corte Inglés y acabarán ustedes comiendo encantados lo que él crea convenient­e), se ha volcado en el diseño de la misma, que muestra orgulloso apuntando al código de barras. En este día de estreno Viol luce pajarita, delantal y sonrisa de oreja a oreja.

El lunes en Anímic faltaban manos pero no voluntad ni ilusión. Alguna mente optimista augura un tiempo de oportunida­des para emprendedo­res que ante otro paisaje menos desolador que el actual tal vez no hubieran encontrado la oportunida­d o no se hubieran atrevido a abrir su propio local sin socios. Es tiempo de oportunida­des, y Albert Ferrer lo sabe. Como sabe que ahora todo requiere un triple esfuerzo y no hay presupuest­o para venirse arriba en los puestos del mercado . “Hay que comprar con más prudencia que nunca porque no sabemos si mañana nos dejarán abrir o en qué momento pueden avisarnos de un nuevo cierre por la pandemia”, explica el cocinero, que trata de comprar a pequeños productore­s. “Tampoco está la cosa para arrancar con más equipo, pero queremos ir poco a poco y adaptarnos al momento. Aunque estaría bien que las medidas se nos anunciaran con tiempo para no tener que malgastar el producto cuando las cosas se deciden de un día para otro”.

Se agradece la actitud emprendedo­ra y esa apuesta por el desayuno de cuchara cuando necesitamo­s más que nunca empezar el día con energía. ¿Por qué no una deliciosa terrina de pies de cerdo con judías de Santa Pau o una buena capipota (una pizca más de garra)? Un acierto para un cocinero como Ferrer, que controla los guisos y la cocina sencilla y sabrosa. Despega con mucha prudencia, con bastante mise en place, cocciones a baja temperatur­a y pasteuriza­ciones para alargar la vida del producto. Aún le falta (¿cosas del primer día?) un poquito de alma al guiso de guisantes, alcachofas y rossinyols, al que le falla la salsa.

Las cartas para el desayuno y la comida son similares: además de ese pepito de premio, hay bocadillos de jamón ibérico con pimiento verde y queso curado o de papada con queso cremoso y rúcula , de fuet, butifarra blanca o de cecina de wagyu. Entre los postres, una buena tarta de queso, otra interpreta­ción de la más premiada, la del donostiarr­a Laviña.

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ANA JIMÉNEZ Albert Ferrer, chef y propietari­o del nuevo Anímic y Jonathan Viol,al frente de la sala
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 ??  ?? Para desayunar o comer. El pepito de ternera, uno de los bocadillos de la carta, la capipota y las albóndigas con sepia y guisantes, dos de los guisos que, como el resto de la propuesta, también venden para llevar. Abren de lunes a viernes.
Para desayunar o comer. El pepito de ternera, uno de los bocadillos de la carta, la capipota y las albóndigas con sepia y guisantes, dos de los guisos que, como el resto de la propuesta, también venden para llevar. Abren de lunes a viernes.

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