La Vanguardia

El humanismo crítico

- Sergi Pàmies

La emisión del documental Les set vides de Perich (TV3) activa un reflejo condiciona­do de nuestra época: preguntars­e qué pensaría de tantos desastres actuales. En el caso de Jaume Perich, este viaje imposible en el tiempo es coherente con la obra de un humorista, periodista y pensador que aprovechó todas las oportunida­des para, en tiempos de represión y censura o de incipiente debilidad democrátic­a, opinar contra la iglesia, el poder económico, el gregarismo político, social y cultural, el armamentis­mo suicida, el sectarismo y, sobre todo, la estupidez. Aparte de homenajear­lo a través de amigos (Joan de Sagarra, Tom Roca), colegas (Óscar Nebreda, Antonio Franco) y humoristas que hoy asumen su legado (Toni Soler, Jaume Capdevila, Jair Domínguez), la presencia de su hija Raquel evita la necrofilia hagiográfi­ca y ordena el relato a través de los dibujos de Perich y sus colaboraci­ones en programas de TV3. En la televisión, el secreto de Perich radicaba en practicar una mordacidad valiente, a veces brutal, a menudo deliciosam­ente absurda, que nunca cometía el error de la risa. Partiendo de ese rictus hierático, Perich soltaba un repertorio de opiniones subversiva­s y analgésica­s. Que no le gustara la televisión formaba parte de la coherencia cómica que transmitía, medio tímida, medio incómoda. Ya dejó constancia de ella en obras como el libro 5º Canal Informa, publicado en 1982, cuando ni siquiera podía imaginar que existiría una cadena como Telecinco (que empezó en 1989). Algunas perlas del libro: a) “El Vaticano recuerda que no solo separarse es pecado, sino que juntarse también”, b)“se le aparece Dios y lo confunde con Luis Aguilé” o c) “Ya hay divorcio en España, a pesar de lo cual numerosos españoles siguen casados”.

LIBERTAD DEVALUADA. Otra reflejo condiciona­do provocado por la admiración retrospect­iva a Perich: constatar que hoy no podría trabajar y darse cuenta de que vivió una época más libre que la actual. Esta contradicc­ión está basada en hechos reales y en el avance de una censura sofisticad­a, vehiculada a través de los tribunales, del odio o de la corrección política asfixiante a través de unas redes sociales que a menudo intimidan reproducie­ndo los métodos de las bandas de extrema derecha que visitaban la redacción del semanario El Papus con la intención de amenazar a sus humoristas. Viendo el documental no pude evitar recordar dos artículos que escribió Manuel Vázquez Montalbán cuando murió su amigo Perich. En el primero (Adiós, Jaume, adiós), MVM habla de mutilación pero asume la responsabi­lidad de su necrológic­a de urgencias: “Con él desaparece uno de los pensadores críticos más innovadore­s de este país, no solo por el lenguaje que utilizó sino por su posición ante la realidad, una posición perichiana en buena parte anarquista, y lo que en Perich no era anarquismo era la ironía de la dosis de sentido común que le correspond­ía”. En el segundo, publicado un mes más tarde, MVM escribe: “A diario, el dibujo de Perich servía para conocer lo que pasaba y lo que nos pasaba, es decir, contribuía a la conciencia individual y colectiva, desde una lucidez admirable”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain