Estados Unidos crea menos empleo del esperado pese a los estímulos
La covid limita a 49.000 las nuevas ocupaciones con la economía semicerrada
La que fue “la mejor economía del mundo de la historia”, según Donald Trump, quedó en muy mal estado bajo su gestión. La economía estadounidense volvió a crear puestos de trabajo después de la caída de diciembre. Un total de 49.000 personas encontraron ocupación el pasado enero, una cifra algo inferior a los 50.000 que pronosticaron los analistas. Esto significa que la ruta hacia la recuperación continúa siendo débil tras el hundimiento por la pandemia, que mantiene el influjo negativo.
El índice de paro cae del 6,7% al 6,3% de la población activa. Aunque lo parezca, no es un buen dato, ya que la caída no se ha producido por la creación de nuevos empleos sino por la reducción del número de personas en búsqueda activa de un trabajo. Según los cálculos oficiales, todavía hay unos diez millones de estadounidenses que siguen desempleados respecto a febrero, justo el nivel anterior al cierre generalizado de la economía por el impacto de la covid, cuando el desempleo bajó al 3,7%, el índice más bajo en medio siglo.
El camino es largo puesto que se considera que escasamente se ha recuperado la mitad de los 22 millones de ocupaciones que se perdieron por las medidas para mitigar el coronavirus. Sin embargo, la cifra de enero marca una cierta recuperación y la vuelta a la creación de empleo, en un momento en el que bajan los contagios pero siguen al alza las defunciones (con más de 455.000 en todos estos meses).
El pasado diciembre se destruyeron 140.000 puestos de trabajo, sobre todo por las pérdidas en el sector del ocio y el de los hoteles y otros alojamientos, dos de las más castigadas por la crisis sanitaria. La economía solo creció un 1% en el último trimestre del 2020.
La mejora constatada ayer se atribuye en parte a que en enero empezó a dejarse sentir la influencia del nuevo paquete de estímulos aprobado en diciembre, con pagos de 600 dólares a cada ciudadano con ingresos anuales inferiores a los 75.000 dólares. Los expertos sostienen que esta circunstancia ha propiciado un ligero incremento del consumo y, por tanto, ha favorecido la creación de empleo.
La Administración del presidente Biden, que tomó posesión el 20 de enero, está tratando de que el Congreso apruebe una nueva partida de incentivos económicos de 1,9 billones de dólares –unos 1,6 billones de euros–, con pagos que sumarían otros 1.400 dólares –algo menos de 1.200 euros– por persona en cada unidad familiar.
Los números de creación de empleo publicados ayer refuerzan la apuesta de Biden por una partida de incentivos que van más allá del límite republicano.
“Hemos visto que el informe laboral solo incluye 6.000 empleos del sector privado”, remarcó Biden. “A este ritmo, nos tomará diez años alcanzar una situación de pleno empleo. No es una hipérbole, es un hecho”, insistió. El presidente aseguró que de no hacer nada o poco, como insisten los conservadores, el pleno empleo no llegará hasta el 2025, mientras que con los estímulos eso será en el 2022.
Ese plan pasa por un punto primero y principal: vacunar. La pandemia marca la pauta. Los consumidores evitan salir a comprar, a cenar o asistir a espectáculos, que en no pocas ciudades continúan cerrados. Aún hay empresas que están recortando plantillas. Los analistas coincidieron en que estos datos de enero muestran el mal estado de una economía cuya recuperación se ha estancado.
El paro cae al 6,3%, pero solo es el reflejo de que menos gente salió a buscar trabajo el pasado mes