Mas llama a la movilización del PDECAT para ser “útil” en el Parlament
La ruptura entre el PDECAT y Jxcat dolió a Artur Mas. Se quedó en el partido heredero de Convergència y del que fue su primer líder tras la refundación del 2016, pero avisando que a partir de entonces se apartaría de la primera línea partidista y potenciaría su posición institucional como expresidente de la Generalitat. Es por ello que sus apariciones en la campaña del PDECAT, celebradas entre su parroquia, son contadas. Una entrevista aquí, un vídeo allí, pero no fue hasta ayer, superado el ecuador de la carrera hasta el 14-F, que Mas irrumpió por primera vez en un mitin. Fue en Reus, y en formato telemático, suficiente para insuflar en sus filas “moral de victoria”.
Y es que en una intervención que evitó expresamente los reproches a Junts que tanto abona su candidata, Àngels Chacón, el expresident se centró en movilizar a su electorado. “Quien se abstiene no tiene representación en el Parlament, no hay diputados de la abstención o del voto en blanco, entiendo la confusión, decepción y enfado, incluso el miedo a ir a votar, pero lo que no se haga el 14-F puede durar cuatro años”, avisó Mas.
En unos comicios en los que se presume un notable descenso de la participación –en el 2017, tras la efervescencia del 1-O, se alcanzó el récord de unas catalanas, con el 79%–, los partidos que más capacidad muestren para movilizar a su electorado tendrán mucho ganado. En el caso del PDECAT, con el reto de superar el 3% de los votos que le permitiría entrar en el Parlament, cifra que muchas encuestas no les dan, aunque desde el partido insisten que sus sondeos internos les otorgan hasta grupo parlamentario propio –cinco escaños–.
“Moral de victoria”, subrayó Mas, porque a su juicio la carrera del 14-F “no es solo para ver quién queda primero, también para ver quién es más útil”. En este sentido, el expresident afianzó la apuesta de su partido por la dualidad “buen gobierno e independencia”. “Es un voto que sirve doble”, defendió.
Una consigna que también pregonó Chacón, al avisar que si son decisivos en el Parlament no regalarán la investidura “a cambio de nada”. Colaboración público-privada, más financiación para la escuela concertada, defensa jurídica de los Mossos o reducción de la presión fiscal son algunas de sus exigencias para un Govern independentista –siempre sin la CUP–, ya que la exconsellera mantiene el veto a conceder una “institución clave” como la Generalitat “al PSC del 155”.