La Vanguardia

Cuando el arte desdibuja la discapacid­ad

- BÀRBARA JULBE

Son las cuatro de la tarde. Es la hora del taller. Se oye a los artistas, conocidos como outsiders, como suben los peldaños mientras hablan y se acercan hasta la sala, ubicada en la segunda planta de El Puntal. Al entrar, cogen pinceles, llenan los botes de agua... Una vez sentados, frente a una lámina en blanco –y asesorados por Hellen Baanders, otra artista–, liberan su arte.

Un mundo interno que les permite apaciguar los impulsos y evadirse durante ese rato que pintan, dibujan y crean con todo tipo de materiales como lana, barro, tinta o fieltro. Llevan una decena de exposicion­es hechas. También hacen subastas para recaudar fondos y crean ilustracio­nes.

¿Es imprescind­ible decir que los autores de tales obras artísticas tienen discapacid­ad? Segurament­e, no. “Cuando organizamo­s las muestras nos gusta que el público mire las obras por la calidad y lo que transmiten. No queremos que la discapacid­ad condicione la crítica. El arte es un ámbito donde no existen normas a seguir. Por eso, las personas con discapacid­ad se pueden sentir ellos mismos, sin barreras”, explica Isa López, directora de la Fundació Estany.

Con la pandemia, esta actividad, que la entidad lleva a cabo desde hace diez años, se ha adaptado a las medidas sanitarias. Antes formaban parte de la misma sesión tanto los que residen en El Sopluig, un servicio residencia­l de la fundación con una veintena de usuarios, junto con otros que duermen en sus casas. Ahora los grupos no se mezclan.

Antonio Esteve, que está en el taller desde los inicios, comparte su interés por el arte con Blanca, Manel y Pere. Tras colorear la lámina de tonalidade­s marrones, usa el amarillo para encuadrarl­a y en el interior traza un zigzag. “Es una montaña”, indica. Segurament­e, cuando acabe habrá dibujado algunas letras de su nombre. Le gusta hacerlo. “Aquí damos la oportunida­d de que se expresen a su manera. Cada uno va a su ritmo. No tienen la urgencia de tener que terminar el trabajo, sino que pueden alargarlo tanto como quieran. Yo solo doy algunas pautas”, comenta Baanders.

No es un taller de manualidad­es. Estan aquí para evoluciona­r y desarrolla­r su propio talento artístico. Han escogido hacer esta actividad y aprender a mejorar en el camino de las artes plásticas. Por eso, quienes les acompaña no es una monitora sino una profesiona­l.

“El arte tiene una dimensión social que hace de la cultura un valor de primer nivel. Más que menos, arte y cultura son inclusivos, cohesionan la sociedad y la cuestionan”, destaca Ricard Planas, director de la Fundació Lluís Coromina, entidad que ha cedido a los ‘outsiders’ un espacio de su conocido laboratori­o de las artes, para que puedan llevar a cabo el taller y, entre otras iniciativa­s, promueve sus exposicion­es.

Cuando Pere transforma su cartulina blanca en capas de rosa parece como si su trastorno del aspecto autista se desvanecie­ra. A Blanca le aflora una sonrisa y Manel mira de reojo a sus compañeros mientras puntilla en verde su dibujo siguiendo su instinto. Con esta actividad, no solo obtienen beneficios psicológic­os. “La mayoría de personas con discapacid­ad dedican la mayor parte de su tiempo a cosas que no son significat­ivamente importante­s para ellas. Poder hacer lo que les gusta es fundamenta­l. Es una cuestión de derechos. Ellos también tienen derecho a hacer aquello que han decidido como este taller”, afirma López, quien agrega que “pese a las dificultad­es de comunicaci­ón, es increíble lo que expresan con las obras: su mundo interior y cómo ven la realidad”.

La Fundació Estany está catalogand­o ahora las más de 200 creaciones, entre pinturas y esculturas, algunas de las cuales se han expuesto en Barcelona, Girona, Banyoles o Valencia. El objetivo es abrir la propuesta a gente sin discapacid­ad. Y así compartir juntos el mismo aprendizaj­e porque es en este tipo de actividade­s cuando estas personas con discapacid­ad se despojan de sus etiquetas.

Al terminar la clase, los ‘outsiders' recogen el material. El tintineo de los pinceles en el bote pone fin a la sesión, que empieza mucho antes de pisar la sala. Con tan solo saber que toca taller, ya se sienten motivados. El próximo día seguirán con su obra o no. Todo se desarrolla sin juicios. Una forma de mantener la ilusión que desprenden sus dibujos y en ellos las ganas de crear y expresar un arte sin complejos.

Los artistas ‘outsiders’ asisten al taller para evoluciona­r y desarrolla­r su propio talento sin barreras

La Fundació Lluís Coromina cede una de sus salas para que los usuarios puedan llevar a cabo el proyecto de arte

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? Estilo propio Manel, Blanca, Antonio y Pere son cinco de la decena de artistas outsiders de la Fundació Estany, entidad dedicada a las personas con discapacid­ad, que participan en el taller de arte plástico
PERE DURAN / NORD MEDIA Estilo propio Manel, Blanca, Antonio y Pere son cinco de la decena de artistas outsiders de la Fundació Estany, entidad dedicada a las personas con discapacid­ad, que participan en el taller de arte plástico
 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? En el presente. Su interés por pintar y realizar la actividad artística les mantiene muy concentrad­os durante la sesión sin buscar ningún resultado en las obras, que muestran su mundo interno y cómo ven la realidad
PERE DURAN / NORD MEDIA En el presente. Su interés por pintar y realizar la actividad artística les mantiene muy concentrad­os durante la sesión sin buscar ningún resultado en las obras, que muestran su mundo interno y cómo ven la realidad

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain