La ronda Universitat se libra de 11 de sus 15 líneas de autocares
Nuevo paso en la transformación de la ronda Universitat de Barcelona a fin de hacerla mucho más amable para los ciudadanos. Mañana lunes se producirá por fin el cambio de ubicación de terminales de 11 de las 15 las lineas de autobuses regulares supramunicipales que tienen el principio y el final de su recorrido en este céntrico vial de la capital catalana. Hablamos de las diferentes líneas de los itinerarios Lleida-berga-puigcerdà, Olesa-manresa, Castelldefelsport Ginesta, los del Maresme que no son exprés y también los que comunican con la comarca del Garraf.
La verdad es que la abundancia de autocares en la zona, y sobre todo de los ruidos y de los humos que generan, había convertido la otrora señorial ronda Universitat en una suerte de improvisada estación de autobuses a cielo abierto, y sus molestias llevaban años desatando numerosas quejas ciudadanas, tanto entre las personas que viven en esta ronda y en los alrededores como las que acostumbran a pasar por allí. Se trata de un eje fundamental entre los distritos del Eixample y de Ciutat Vella. Demasiada contaminación, de todo tipo. Con esta muy esperada actuación el paso de autocares se verá reducido en alrededor de un 60%. Las paradas en cuestión serán trasladadas a estaciones de autobuses u otros puntos de la ciudad que no registren tantos problemas e inconvenientes de tráfico.
Tal y como detalló ayer el propio Ayuntamiento en un comunicado, esta medida es fruto del acuerdo entre el Consistorio, la Generalitat y el Àrea Metropolitana de Barcelona, y tiene como principales objetivos “hacer más eficientes las líneas”, ofrecer una mejor experiencia de viaje a los usuarios de estas líneas y, además, minimizar el impacto del estacionamiento de autobuses en los ámbitos centrales de la ciudad.
Este modificación del recorrido de los autocares se realiza coincidiendo con el inicio de la segunda fase de las obras de ampliación de las aceras de la ronda de la Universitat. Esta intervención comporta que se reduzca el espacio dedicado al vehículo privado, y que el número carriles del eje pase de cuatro a dos. En esta ocasión, a diferencia de otras ampliaciones de los espacios peatonales, las nuevas aceras se están implantando con hormigón, y no únicamente con pintura.