“Yo secuestré y robé a Kim Kardashian”
El ladrón, Yunice Abbas, relata en un libro el atraco que sufrió la modelo en la Semana de la Moda de París en el 2016
gistrado casi 360.000.000 visualizaciones. El pasado diciembre grabó un remix del tema con Rosalía.
Además ha triunfado en los MTV VMA, los American Music Awards y los Billboard Music Awards, pero ha quedado excluido de las nominaciones de los Grammy. Esto ha generado una avalancha de críticas. El propio The Weeknd ha acusado a la organización de corrupta y de falta de transparencia, a pesar de haber ganado tres Grammys por Starboy (2018) y Earned it (2016). Este último tema, incluido en la película 50 sombras de Grey, fue nominado al Oscar, que se lo llevó Writing’s on the wall, de Sam Smith (Spectre).
Abel Tesfaye nació en Toronto el 16 de febrero de 1900. Es el único hijo de unos emigrantes etíopes. Su abuela materna le enseñó amhárico, una de las cinco lenguas del país africano. Las drogas marcaron su adolescencia y un fin de semana decidió dejar el colegio. Por eso eligió The Weeknd como alias, aunque sin una e para no confundirse con la banda canadiense. En el 2010 colgó canciones en Youtube, que llamaron la atención del rapero Drake. Desde entonces, han venido éxitos como Call out my name, The Hills, Ca’n feel my face o Feel it coming
(aparte de los mencionados antes). Y colaboraciones con Ariana Grande, Lana del Rey, Kendrick Lamar, Maluma, Drake y Rosalía.
En el terreno sentimental se le conocen dos parejas oficiales: la cantante y actriz Selena Gómez, en el 2017; y la modelo Bella Hadid, con quien estuvo del 2015 al 2016, y volvió en el 2018 hasta agosto del 2019. Junto a ella actuó en el desfile de Victoria’s secret del 2016. The Weeknd marca tendencia con su estilo urbano. Tiene su propia firma, XO, y ha creado colecciones para Alexander Wang, Puma y H&M.
Abel Tesfaye ha creado un imperio económico que le permite realizar generosas donaciones a Black Lives Matter (ya antes de la muerte de George Floyd), a hospitales infantiles, a la universidad de Toronto, para impartir el Ge’ez (una lengua extinta de Etiopía) y para las víctimas de la explosión de Beirut.
Para asegurarse que el espectáculo de esta noche sea como se lo ha imaginado, él mismo ha añadido siete millones de dólares más al presupuesto de la Super Bowl. Y para aquellas que les haya sabido a poco los 15 minutos de actuación, mañana salen a la venta las entradas para los dos conciertos que ofrecerá en Madrid y Barcelona, de su gira The After hours. Serán el 24 y 28 de octubre... pero del 2022.
Mañana salen a la venta las entradas para sus conciertos en Madrid y Barcelona, en octubre del 2022
La modelo y empresaria Kim Kardashian sufrió en el 2016, durante la Semana de la Moda de París, un robo valorado en 9 millones de euros. Fue considerado el golpe del siglo y uno de sus autores, Yunice Abbas, acaba de publicar un libro con su versión del atraco. Yo secuestré a Kim Kardashian no blanquea los hechos: Abbas los asume y se congratula incluso de que todo sucediera “muy bien y muy rápido. Entre la llegada y la salida no pasaron ni diez minutos”, cuenta a Efe.
Abbas, que tiene 67 años, no conocía a la potencial víctima. Sabía solo que era una mujer famosa, y en cuanto al día siguiente fue consciente del eco mediático internacional se arrepintió al momento. “Me dije: Estamos acabados porque van a poner todos los medios. Cada cámara callejera, cada testigo posible”, señala quien, tras haber pasado ya por este caso 22 meses detenido, hasta octubre del 2018, está ahora en libertad provisional a la espera de juicio. Su grupo fue conocido como “la banda de los yayos” porque sus cinco integrantes tenían entre 60 y 72 años. Pero detrás de esos abuelos había gente con un pasado delictivo que planeó su golpe durante semanas.
Kardashian y parte de su séquito se encontraba en París para asistir a los desfiles de la Fashion Week, y el día del atraco, el 3 de octubre, los astros se alinearon para Abbas y sus cómplices. El guardaespaldas de la estrella, una de sus hermanas y el chófer de la limusina se habían ido a una discoteca, y su madre estaba descansando en el hotel. Ella se quedó en el apartamento alquilado acompañada de su secretaria.
“Lo que nos interesaba era su diamante. Eso fue lo que nos atrajo. Tenía fotos con él por todas partes”, cuenta Abbas sobre ese anillo de compromiso con el rapero Kanye West. La sorpresa llegó cuando también encontraron joyas prestadas por casas de lujo.
Con falsas chaquetas de policía entraron en su residencia. Abbas se encargó del conserje. Lo maniató y el resto del grupo se lo llevó al apartamento para utilizarlo como traductor porque hablaba inglés. Abbas nunca llegó a conocer a la reina de los programas de telerrealidad pero, según su versión, el robo fue de manual. “No hubo necesidad de amenazar. Ella colaboró. En general siempre es así. No hay razón para resistirse, sería tonto”, agrega este francés de origen argelino.
A Kardashian también la maniataron y aunque su secretaria se escondió en el baño y llamó a la policía, la banda volvió a estar de suerte: marcó el 911, el número de emergencias estadounidense, y no el francés 112, lo que les dio tiempo para coger las joyas y huir.
A Abbas, que ha pasado cerca de 21 años encarcelado debido a otros atracos del pasado, lo traicionaron los restos de ADN que, a pesar de haberse puesto dos guantes, quedaron en la cuerda con la que ató al conserje. Sus cómplices también fueron localizados y al juicio en el Tribunal Penal por robo en banda organizada y secuestro, que sentará en el banquillo a 12 sospechosos, le queda al menos un año.
Abbas, que se apuntó a ese robo porque necesitaba dinero para hacerse con un local en el que trabajar como mecánico, tiene tan claras sus posibilidades de volver a entrar en prisión que acudirá a la audiencia con una mochila preparada para ello. Es improbable que coincida con Kardashian, pero de hacerlo, le pediría perdón. “Si no quiere o no puede está en su derecho. Yo lo lamento, pero no puedo hacer más, no puedo volver atrás”.