Tres opinan, y opinan igual
MOLTÓ. Un experimento en El hormiguero (Antena 3): a sor Lucía Caram, nuestra monja mediática, le dan a escuchar por auriculares una canción del reguetonero español Kaydy Cain, de derrapantes letras (drogas, coches, party, “yo me encierro con tres putas y se creen que tengo autismo, y no es así, yo soy así desde que nací”), y le piden opinión: “hay mucho idiota inútil con mirada corta”, sentencia. Y salta a plató Kaydy Cain, que ha asistido oculto a la audición: “Yo soy el idiota inútil”. Nuestra monja se disculpa por insultarle, y le sermonea sobre la necesidad de un mundo sin machismo. El reguetonero replica: “¿qué papel tiene la mujer en la iglesia, por qué una mujer no puede ser Papa?” Sor Lucía encaja el contundente golpe, deportiva: “la iglesia es una institución muy machista, muy patriarcal”. “¡Cómo el reguetón!”, concluye el cantante. Y finaliza el pugilato con un gran corazón que enlaza a ambos sobre la ecuación Religión = Reguetón. Han sido cuatro minutos (aparecen, además, un sacerdote y un grupo Hare Krishna) muy bien aprovechados y montados, minisección obra de Jordi Moltó, otro artista, por su capacidad para resumir un debate de horas en un montaje audiovisual sintético, con su suspense (y su exposición, nudo y desenlace), en una pieza intensa y divertida. Y, encima, constructiva.
SAN FRANCISCO. Quique San Francisco es una presencia televisiva atemporal. Le he visto en programas variopintos, siempre interpretándose a si mismo. Que alguien comente sus miserias con sinceridad es raro y valioso, sobre todo si lo hace sin buscar conmiseración ni lucro: ha sido el caso de este actor, que ha sabido relatar sus andanzas autodestructivas y extremas sin autocompasión, por sentido del humor y de la generosidad. He reído numerosas veces con él y a su costa (las últimas en El hormiguero y La resistencia), y soy tan agradecido con quién me hace reír como con el más sublime artista. Por eso le he disculpado opiniones políticas acres y extremas, como un chiste malo y como todo lo suyo, tomándolas a risa también. A Quique San Francisco le odian hoy legiones de tuiteros: qué triste banalidad, desear la muerte de alguien por sus (delirantes) opiniones políticas... Hoy yace ingresado Quique San Francisco en un hospital por neumonía bilateral grave, y esos tuiteros están enviándole al infierno. Estoy seguro de que ni el Quique San Francisco más desvariado desearía jamás la muerte de dichos tuiteros: en este detallito (gigantesco) cifro yo toda la diferencia entre unos y otro.
RUSIA. Veo Més 3/24 (3/24, viernes noche): los tertulianos comentan el roce entre el ministro de Exteriores de la UE y su homólogo ruso, que usa la condena a prisión de líderes políticos independentistas para denostar los tribunales de España y exculpar a los de Rusia. ¡En plató estalla el gozo! Los tres tertulianos se alegran. Nadie señala una verdad que no encaja en la linea editorial del espacio: España está entre las 23 democracias plenas del mundo, y Rusia ocupa el puesto 124 (de 167). Libres son siempre las opiniones.., pero solo existe periodismo si son diversas. Y, ¡ay! no ha sido (esta vez) el caso. – @amelanovela