La criada y el amo
La serva padrona
Música: G.B. Pergolesi (1733), sobre libreto de Gennaro Antonio Di Federico
Intérpretes: Serena Sáenz (Serpina); Carles Pachón (Uberto); Xevi Dorca (Vespone, criado y director de escena ), Orquestra de Cambra de Barcelona
Director: Assunto Nese
Piano y clave: Viviana Salisi
Escenografía: J. de Córdoba, V. Roig, O. Vez-romero
Lugar y fecha: Teatre de Sarrià, (5/II/2021)
Se ha iniciado felizmente la VII temporada de la Òpera de Cambra de Barcelona, que dirige el célebre tenor Raúl Giménez, y que hace un gran servicio operístico en Barcelona desde Sarrià. Nuestra ciudad ha sido siempre el foco operístico más importante del Sur de Europa después de Italia. La ópera llegó el año 1708 con el archiduque Carlos de Habsburgo, cuando tuvo la corte en la plaza del Palau. El capitán general marqués de la Mina instaló en 1750 una compañía de operistas italianos en el Teatre de la Santa Creu (más tarde Teatre Principal), que durante casi cien años fue un centro lírico de primera magnitud hasta que en 1847 se inauguró el Liceu; los dos teatros convivieron unos sesenta años.
Llevar al Teatro de Sarrià La sierva patrona es entroncar con la tradición barcelonesa, ya que esta breve ópera de Pergolesi (técnicamente un intermezzo) fue el quinto título que llegó al Teatre de la Santa Creu en junio de 1750.
Con su olfato para detectar a los cantantes de valía que están surgiendo entre nosotros, el equipo que lidera Raúl Giménez ha encargado los papeles en la soprano Serena Sáenz, hecha un chorro de picardía y agilidad vocal como Serpina, y al barítono Carles Pachón, en el papel del soltero Uberto, que obtuvo una aclamación por su calidad vocal. El tercer personaje es un criado que no canta, pero que tiene un papel importante en la acción e incluso se disfraza de Capitán Tempesta, en la tradición del soldado fanfarrón de la commedia dell'arte.
A pesar de las limitaciones pandémicas que ya forman parte de nuestra vida, los responsables de la Òpera de Cambra de Barcelona exhibieron calidad musical –los nueve músicos de la orquestrita dirigida pulcramente por Assunto Nesey la dirección escénica hizo mover a los tres intérpretes con agilidad y gracia. Viviana Salisi tuvo a su cargo el bajo continuo y la función cautivó a todos los asistentes a esta brillantísima experiencia operística que nos demuestra que Òpera de Cambra de Barcelona sigue siendo un factor importante en nuestra vida musical.